Capítulo 19

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Ethan.

La mano de Anastasia se tensa contra la mía, sus dedos aprietan los míos con fuerza pero no es la suficiente para hacerme daño. Observo de reojo, como su mirada azul se oscurece en molestia y enojo contenido. Estoy seguro, que su cabeza imagina cientos de escenarios tortuosos para el tipo al cual ya sé su nombre, chasqueo mi lengua con cierto aburrimiento.

—Así que...— ladeo mi cabeza, miro a mi novia quién no despega su mirada del hombre— ¿Este es el idiota que te ha apuñalado?—

Asiente, tengo que apretar su mano suavemente, para que no pierda los estribos ante el sujeto. Necesitamos intentar sacarle algo de información y saber que busca con específico, quitarme del trono rojo.

—Lo es— sisea— fue muy cobarde de su parte, apuñalarme solamente para dar un mensaje que no es capaz de dar a la cara—

—Ahora me tienen a su frente, Dämonenprinzessin— responde el sujeto, arqueo una ceja— ¿Que es no lo que querían? ¿Conocer la cara de la persona que ha logrado burlarse de ustedes?—

—¿Honestamente?— inquiero con falso carisma, sonrío— esperaba algo mejor, digno de estar a mi altura para enfrentarme—

—¿Qué te hace creer que no lo estoy, Lobo Ruso?—

—Dejaste de estar a mi altura, desde el momento en que te atreviste a tocar a la mujer a mi lado— respondo con arrogancia, su sonrisa engreída se borra lo que aumenta la mía. Río suavemente— ¿Ahora? Eres el insecto que podré pisar de diferentes maneras, cada vez que se me plazca—

—Soberbia— afirma, se ríe fríamente— típico de un Stirling, cuando ya no sabe qué decir—

—Mm...— asiento con falsa atención— de hecho, tengo que corregirte— levanto una de mis cejas— en primera, no soy soberbio. Ella lo es— señalo a Anastasia, quién reprime las ganas de reírse— segunda, soy arrogante y seguro de mi mismo al punto...—

Sin terminar mis palabras, levanto mi arma para dispararle al mastodonte que se acerca por uno de mis costados. Cambio la dirección del arma, para dispararle al segundo hombre que tiene la intención de atacar a Anastasia por uno de sus costados también, la pequeña dulzura ni siquiera se inmuta ante el disparo que pasa cerca de ella y opta por pegarse un poco más a mí.

Mis movimientos son rápidos al momento de acabar con alguno de los guardias que tratan de acercarse a mi espalda, como los cobardes que son al igual que su jefe quién se queda en silencio con una mirada fría, examinando cada parte de la escena. Mi mano no suelta la de Anastasia, miro hacia el líder con una sonrisa en mis labios y sin tener consideraciones.

Le disparo a una de sus piernas, también.

Disfruto con gracia fría en el momento en que Edmon Stasiak, cae el suelo de golpe con un gruñido de dolor mientras sostiene su pierna en donde le hice una herido, río fríamente antes de dar un paso en su dirección pero un pequeño tirón de mi mano me detiene.

Giro mi cabeza hacia atrás y me sorprendo ligeramente cuando veo un destello de preocupación en los ojos azules de mi dulzura, se inclina para que solamente la escuche y no solamente la preocupación y cautela denota en su mirada, también en su voz.

—¿Estás seguro...?—

—Lo estoy, dulzura— se mantiene en silencio, asiente lentamente— Anastasia...—

—Solo...— muerde su labio inferior— ten cuidado, ¿de acuerdo? Sí es capaz de esconderse detrás de las faldas de una mujer, es capaz de tener algún truco sucio oculto—

—Tendré cuidado, demonio— la beso brevemente, murmuro sobre sus labios— no bajes la guardia, ¿entendido?—

—Entendido—

Atractiva Seducción (HDLF #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora