Capítulo 45

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Ethan.

La observo.

Un tranquilo pero inquietante silencio se hacía presente en la habitación de Anastasia, solamente los ruidos de la máquina que tomaba sus signos vitales, rompía la abrumadora calma que se había hecho presente después de que mi dulzura, se despertara asustada, gritando y llorando de forma tan abrupta que por un momento, pensé que algo malo había ocurrido.

La pesadilla, debió de ser muy fuerte y horrible para que se haya despertado de esa manera.

No dejo de detallar con atención cómo su pecho sube y baja con tranquilidad en la profundidad del sueño, cansada de haber llorado en todo el día más lo de hace un momento y paso una mano por mi rostro, tratando de espantar el sueño junto al cansancio de mi rostro.

Mentiría si dijera que estaba dormido en el momento en que despertó, en medio de la pesadilla.

Desde el secuestro de las chicas, mis horas de sueño se habían ido a la mierda y las grandes ojeras debajo de mis ojos junto al evidente cansancio de mi rostro, delataba el hecho de que no he dormido muy bien.

O al menos, no más de dos horas.

Simplemente, hacía lo mismo como cada noche desde que pedí que me dejaran a cargo a Anastasia, durante las noches mientras que se lleva a cabo su recuperación junto al recién despertar de su coma.

Todos los días, cada noche, hacía las mismas cinco cosas.

Observarla.

Detallarla.

Analizarla.

Asegurarla.

Y asegurarme también.

Sus palabras después de aquella pesadilla, seguían taladrando mi mente de una forma que me oprimía el pecho de forma dolorosa.

Por favor, no me sueltes.

No lo hagas.

Simplemente...

No me sueltes, por favor.

No tenía la más mínima intención de hacerlo, más, no cambiaba el hecho de que me preocupaba la forma en que se aferraba a mí, como si tuviera miedo a que me pasara algo.

Mismo miedo que tengo desde que la encontré en ese pozo.

Esa era la verdadera razón por la que me mantenía despierto gran parte de la noche, solamente dormía dos horas cuando mi cerebro, me hacía entender a ratos que Anastasia, sigue aquí conmigo y no perdida como hace unas semanas atrás.

Sin embargo, la calma del sueño me duraba poco, porque los recuerdos de los cuatros días en los que me sumí en desesperación ante la búsqueda de Anastasia, se repetían constantemente en mi mente junto al estado en que la encontré en ese pozo.

Pánico.

Terror.

Desesperación.

Y un profundo miedo.

Sin dejar de observar a la mujer que se encuentra en esa cama incómoda de hospital, trago en seco ante el doloroso y profundo miedo que se instala en mis entrañas ante la posibilidad de nuevamente, desaparezca de mi vida y que nunca más, vuelva a ver su sonrisa, esa que ha logrado enamorarme desde hace muchos años.

No puedo ni pensarlo.

Nunca podré imaginarme una vida en donde no se encuentre Anastasia Becker, causándome estragos con su actitud de demonio caprichoso, una que me parece de lo más adorable y encantadora que molesta.

Atractiva Seducción (HDLF #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora