Capítulo 36

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Ethan.

Moscú, Rusia.

—¡Ethan!—

El grito de Calipso, es lo primero que me recibe en el momento en que pongo un pie en tierra firme en casa, río ante la intensidad de mi hermana pequeña antes de que dé un pequeño brinco para treparse a mi cuerpo y abrazarme por mi cuello, niego divertido mientras acaricio su espalda suavemente.

—También te extrañé, muñequita— digo con una sonrisa, beso su mejilla— espero que no hayas hecho maldades, Cal—

—¿Yo? ¡Si soy una princesa bien portada!—

Arqueo una ceja en su dirección con cierto escepticismo ante su sonrisa inocente, una que claramente no me trago, porque conozco a la muñeca del demonio que tengo como hermana menor.

—¿Qué hiciste?— indago.

—¿Por qué siempre supones que he hecho algo, idiota?— chilla en ofensa, me río. Sabiendo que tengo razón, ha hecho algo— ¿Que ahora no puedo recibir a mi hermano mayor favorito en todo el mundo?—

—Ajá, ese cuento me lo conozco, Calipso Stirling— pellizco sus costillas, se queja— lo mismo le dices a Patrick, cuando quieres que alguno de nosotros tapemos la idiotez que has hecho—

—¡Eso no es cierto!—

—Lo es, muñequita. Así que dime, ¿qué desastre debo arreglar por ti ahora?—

—Bueno...— se baja de mi cuerpo, se ríe con cierto nerviosismo— dígamos que Patrick y yo, entramos en una especie de guerra—

Mi ceja se arquea aún más, sin sorprenderme lo que estoy escuchando.

—¿Y ahora por qué?—

—Dígamos que en tu ausencia, nos dividimos el trabajo que nos tocaba suplir por ti— asiento lentamente, preparándome para lo peor— por accidente, tomé uno de sus encargos para mandarlos en lugar de él—

—En pocas palabras, te hiciste cargo de la entrega— asiente, frunzo el ceño— no veo el problema ahí, ciertamente—

—Es que, la mercancía que yo despaché y que era de Patrick, la mandé los proveedores de Bulgaria— mis cejas se arquean, muerde uno de sus dedos y veo el arrepentimiento en sus ojos grises con azul— cuando debía mandarse a los proveedores de Irlanda—

—De acuerdo...— ladeo mi cabeza— sigo sin ver el problema—

—Patrick, anda de un humor horrible desde hace varias semanas. Lo has visto— asiento, sabiendo que si mi hermano no mejora ese humor, todos vamos a terminar mal— y bueno, cuando le comenté acerca de ello. Me regañó feo, aún cuando había reconocido mi error pero no fue totalmente mi culpa, la ficha decía claramente que el cargamento era de los búlgaros—

—Y las fichas solamente las hace él— respondo en entendimiento— aún así, te dió la regañada de tu vida—

—Por un momento, casi me siento mal— hace una pequeña mueca, pero la conozco, las palabras de Patrick, si le afectaron. Cuando a mi hermano se sale el diablo que tiene dentro, no suele medir la crueldad de sus palabras— pero le dije que eso decía la orden. Orden que él mismo hizo y confundió, me alegó que su memoria maldita no podría cometer semejante error...y que no buscara tapar los míos con él—

—Cal...—

—Bien, sus palabras fueron más duras de lo alguna vez me las ha dicho— suspiro con cierta pesadez. Sí, eso me imaginaba— ¡Fue un error que él cometió, no yo! ¡Yo simplemente seguí la maldita orden en el papel!—

Atractiva Seducción (HDLF #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora