12. ︎︎── Amigos

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❛ Sin que nadie sepa, incluso sin saberlo yo, solo te miro a tí. ❜

Mis hombros se desplomaron; aunque las manos de Sunghoon se habían ido ya, estos seguían pesando

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Mis hombros se desplomaron; aunque las manos de Sunghoon se habían ido ya, estos seguían pesando.

Por dentro, sentí algo hacer lo mismo en mi estómago cuando la intensa mirada de Niki se encontró con la mía. Traté de esquivarla por un instante pero me percaté de que, en realidad, no quería hacerlo. 

La lluvia continuaba cayendo, algunos truenos comenzaron a escucharse en la lejanía. El ruido que las gotas provocaban al chocar contra el suelo era lo único que llenaba el vacío en mi mente.

Mi garganta ardió de forma extraña, no pude identificar cuál era el motivo. La confusión en el rostro de Niki se intensificó cuando hice un gesto por aquello, pero ninguno dijo nada.

Sorbí mi nariz. Un nudo en la garganta no me permitió tragar saliva.

—Nari...

La apacible voz de Bora fue la encargada de hacerme volver a la realidad, al igual que sus movimientos.

—Ah... —musitó dando cortos pasos hacia nosotros. —Gracias. No tenías por qué hacerlo.

Inconscientemente, alargué mi mano derecha para tenderle las pocas fotografías que logré tomar de la pared. Sunghoon también devolvió las suyas.

Me bastó ver cómo una pequeña sonrisa se comenzaba a dibujar en el rostro de la contraria para que una ola de melancolía me invadiera. Ella miró las fotografías, y mientras las líneas junto a sus labios se aparecieron, siguió hablando:

—Ese día no pude subir al juego. —inició, cierto ánimo surgía en su voz. Entendí en un segundo que veía esa imagen en la que parecía estar en una feria. —...No podías si no medías más de uno con veinte. ¿Y saben qué? Mamá me compró el mejor helado del mundo luego de eso.

Suspiré. Saber que Bora podía recordar pequeños detalles como esos, de alguna manera, trajo un sentimiento grato a mi corazón.

A pesar de que era medianamente reservada con el tema de aquella difícil relación con sus padres, sabía que les tenía un cariño enorme; sabía que Bora siempre iba a quererlos.

Y yo me sentía feliz por aquello. Porque aunque su situación fuera complicada, a ella le sobraba el amor.

—En fin, deberíamos seguir con todo esto en mi cuarto, ¿quieren?... —preguntó, dirigiéndose a todos. Heejin le observó de forma rápida, seguramente cuestionando por qué ahora nos invitaba a todos a su habitación sin siquiera consultarle antes.

—Pero, Bora... —llamó la pelinegra, hizo una pausa luego de mencionar su nombre y entonces nos miró a nosotros. —Nari y Sunghoon...

Curious Around You ━━ Ni-ki & SunghoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora