Cuando Nari conoce al nuevo estudiante de la Academia Decelis no hay momento en que pueda parar de pensar en su lindo rostro. Desde entonces, solo tiene una pregunta en la cabeza: ¿Es amor?
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Park Sunghoon es un joven estudiante de familia acau...
Noté cómo súbitamente algo coloreó las orejas del contrario. Sus cejas también se arquearon ligeramente, y sus labios se entreabrieron antes de responder.
—Ah, si. Ell- Ella es... —titubeó. —Increíble.
Una sonrisa tímida se dibujó en sus labios, y vi cómo desviaba la mirada por un instante, como si estuviera buscando las palabras adecuadas para responder.
—Es increíble. —repitió. —...Su sonrisa ilumina cualquier habitación en la que entra, sus ojos son como estrellas brillantes y su risa es como música para mis oídos.
La emoción en la voz de Sunghoon, aunque temblaba ligeramente, lograba distinguirse: Era evidente cuánto significaba para él esa persona especial.
—...Es muy atenta y graciosa, aunque le cuesta aceptarlo. —añadió.
Asentí, tratando de ocultar que mientras él hablaba, yo me perdía en un mar de preguntas: ¿De qué color sería su cabello? ¿Era alta? ¿Cómo reiría? ¿Cómo hablaría? ¿Cómo sería su rostro, sus gestos, su voz?
Rápidamente me di cuenta de que Sunghoon no había mencionado nada sobre su físico. En lugar de eso, se centraba en las cualidades que le hacían sentir feliz y enamorado.
Me pregunté por qué, si había algo especial en esos detalles que él prefería mantener para sí mismo, o si simplemente estaba más enfocado en lo que verdaderamente importaba.
—¿Puedo saber cómo es? —murmuré, sintiendo que mi interés superaba mi preocupación por invadir su privacidad. —Dame aunque sea una pista de cómo se ve.
Él suspiró.
—Mírate a ti, Presi.
Mis ojos se abrieron de par en par, incapaces de comprender la conexión entre su respuesta y mi pregunta. Ni siquiera pude articular palabra cuando Sunghoon soltó una risa baja, como si estuviera disfrutando de lo desconcertada que me veía.
—Ella también tiene dos brazos, dos piernas, una nariz, dos ojos y una boca.
Al escuchar su respuesta, solté el aire que había retenido, sintiendo un alivio momentáneo al menos por entender que su comentario era una especie de juego.
Sin poder contenerme, le golpeé ligeramente el hombro. Esa noche no obtuve más respuestas sobre su físico, pero de cualquier forma, con aquella descripción, podía imaginarme que la chica de la que Sunghoon estaba enamorado era claramente alguien especial, alguien a quien cualquier persona podría desear tener a su lado.
Entonces, ¿podía pasar algo como para que ella no quisiera estar con él?
—¿Ella lo sabe? —pregunté, sintiendo cómo la curiosidad se apoderaba de mí.
