Cuando Nari conoce al nuevo estudiante de la Academia Decelis no hay momento en que pueda parar de pensar en su lindo rostro. Desde entonces, solo tiene una pregunta en la cabeza: ¿Es amor?
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Park Sunghoon es un joven estudiante de familia acau...
❛ No sabía que sería así entre nosotros. Solo esperaba que no doliera. ❜
⭐️ Capítulo largo ⭐️
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Mordía mis uñas nerviosamente mientras esperaba en la sala de espera del hospital, donde el tiempo parecía haberse detenido y cada crujido del sillón a mi lado me hacía saltar.
Ahí, con el corazón en un puño, solo me quedaba esperar que pronto llegaran noticias que me confirmaran que Sunghoon estaba a salvo y en recuperación.
El doctor había dicho que él había sufrido una hemorragia interna, pero que no era lo suficientemente grave como para requerir cirugía inmediata. Aún así, el alivio era solo parcial, y cada vez que escuchaba un sonido en el pasillo, mi corazón se aceleraba, esperando que fueran noticias positivas.
No podía dejar de pensar en lo que había sucedido y en cómo todo había llegado a ese punto.
Me imaginaba el impacto y cómo Sunghoon había caído, y esa imagen me atormentaba. Me aterraba pensar en lo que podría estar ocurriendo dentro de su cuerpo, y de tan solo tener la idea de una hemorragia interna luego de saber de su condición, quería llorar hasta el cansancio.
Miraba mi celular en un intento inútil de distraerme. Los mensajes llegaban y se iban sin que realmente los leyera. Mis pensamientos se repetían una y otra vez: ¿cómo pudo haber sucedido esto? ¿Cómo estaba Sunghoon ahora?
Abría poco los labios, queriendo decir algo, queriendo preguntarles a los demás si sabían algo más de lo que yo sabía. Pero al mirar a Jongseong, Aerin y Heeseung, supe que estaban igual de atrapados en la incertidumbre que yo. Sus expresiones reflejaban la misma mezcla de miedo y confusión que sentía en mi pecho. Cada uno de ellos estaba perdido en sus propios pensamientos, probablemente preguntándose lo mismo.
Apreté mi celular con más fuerza, casi como si sostenerlo de esa forma pudiera estabilizarme. Pero no lo hacía. Todo lo que quería era respuestas, una mínima señal de que Sunghoon iba a estar bien, que esto solo era una pesadilla momentánea. Pero no me atrevía a romper el silencio pesado que colgaba sobre nosotros.
Casi podía sentir el peso de la preocupación de Jongseong desde el otro lado de la sala. Él miraba al suelo, inmóvil, como si estuviera en una especie de trance. Aerin se inclinaba hacia adelante, con los codos apoyados en las rodillas y las manos cruzadas frente a su boca. Heeseung estaba más inquieto, retorciendo sus dedos una y otra vez, y en sus ojos, al igual que en los míos, se asomaba una súplica muda por respuestas.
Mi teléfono vibraba constantemente en mi mano, y sabía que era por Bora. Desde que la pelea ocurrió, no había dejado de preguntarme si estaba bien, si me había ido ya, y había insistido en que volviera con ella a la academia.
Me imaginaba su rostro preocupado al otro lado de la pantalla, pero no podía concentrarme lo suficiente para responderle como quería.
Sunoo se había encargado de devolverla junto a Jungwon y Niki apenas todo terminó. Ella seguía mandando mensajes, uno tras otro, y yo solo atinaba a escribirle respuestas cortas sin poder explicarle nada realmente: No podía prestarle demasiada atención a nada que no fuera la puerta por la que los médicos eventualmente saldrían.
