Cuando Nari conoce al nuevo estudiante de la Academia Decelis no hay momento en que pueda parar de pensar en su lindo rostro. Desde entonces, solo tiene una pregunta en la cabeza: ¿Es amor?
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Park Sunghoon es un joven estudiante de familia acau...
❛ ¿Qué tipo de relación tenemos? Estamos hablando como personas predestinadas. ❜
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——— NIKI
Apenas había llegado al hospital y, con la información que Sunoo me había dado, subí hasta el sexto piso en el ascensor. Pero tan pronto como llegué, lo primero que hice fue buscar los baños.
Necesitaba esconderme, y respirar un poco.
El sonido del goteo del grifo me tenía hipnotizado. Mis pensamientos daban vueltas, igual que el agua que caía de a poco hacia el desagüe.
Estaba helado, empapado por la lluvia que me había acompañado en el camino. La frialdad del hospital se pegaba a mis huesos, y ya comenzaba a sentir mi garganta picando, como una advertencia de que un resfriado estaba por venir.
Aún así, nada de eso me importaba. Solo podía pensar en lo que estaba a punto de hacer.
Tenía miedo, miedo de que Nari estuviera peor de lo que imaginaba, de que no estuviera despierta, de que no aceptara mis disculpas, y de que ni siquiera quisiera verme.
Con la ansiedad ahogándome, y sintiendo que el piso bajo mis pies se desvanecía, pensé en la última vez que la vi, en cómo todo se había torcido entre nosotros: ¿Qué iba a pasar si Nari no quería saber nada de mí? ¿Si mis palabras eran insuficientes para enmendar lo que había hecho?
Cada uno de esos pensamientos me pesó más y más hasta que una voz, sorprendida, rompió el silencio.
—¿Qué haces aquí?
Levanté la cabeza y, en el espejo frente a mí, encontré el reflejo de Jungwon. Se veía molesto, como ya era costumbre últimamente. Sus cejas estaban fruncidas y había una tensión en su mandíbula.
Ni siquiera había notado el ruido de la puerta al abrirse ni los pasos que lo habían acercado; había estado tan distraído con mis propios pensamientos que me sorprendió encontrarlo allí, justo detrás de mí.
—Niki. ¿Qué estás haciendo aquí? —repitió.
Me di la vuelta, encarando a Jungwon. A pesar de la tensión en su voz, yo mantuve la mía en un tono bajo y calmado.
—Estoy aquí para ver a Nari. —dije, tratando de que mi voz no temblara. —No quiero pelear, solo quiero asegurarme de que esté bien. Eso es todo.
Jungwon llevó una mano a su frente, removiendo un par de cabellos desordenados.
—¿De verdad crees que es el momento para esto? —preguntó, con un tono que apenas escondía su exasperación. —Nari está aquí porque está mal, y no tienes idea de lo que ha pasado.
—No, no lo sé. —admití. —Pero eso no cambia el hecho de que necesito verla.
Me miró con dureza, como si intentara leerme a través de sus ojos.
