Cuando Nari conoce al nuevo estudiante de la Academia Decelis no hay momento en que pueda parar de pensar en su lindo rostro. Desde entonces, solo tiene una pregunta en la cabeza: ¿Es amor?
━━━ 💌
Park Sunghoon es un joven estudiante de familia acau...
❛ Nuestras mentes son complicadas, pero tú estás a mi lado. Así que, no te preocupes por nada. ❜
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
——— SUNGHOON
Nari tenía los brazos cruzados sobre el borde de la camilla y su cabeza apoyada en ellos, con el cabello cayendo en suaves ondas por el costado, rozando el borde del colchón.
Parecía tan tranquila, tan ajena a todo, mientras su respiración suave y constante llenaba el silencio de la habitación. El cansancio había hecho lo suyo y, mientras dormía profundamente, yo no podía dejar de pensar en la conversación que habíamos tenido antes.
Niki se le había confesado a Nari.
Ella me lo dijo de una manera casi indiferente, como si no tuviera ningún peso, como si no le importara que yo escuchara. Lo soltó mirando al suelo, con su voz temblorosa, como si le diera vergüenza mirarme a los ojos cuando lo mencionaba.
Y quizás, en ese momento, no fue tanto lo que dijo, sino cómo lo dijo, lo que me golpeó tan fuerte. Parecía que, para ella, yo no tenía nada que ver con todo esto, como si mis sentimientos no fueran parte de la ecuación.
Sin embargo, esas palabras se sentían como una piedra que caía directo al fondo de mi estómago. Mientras Nari hablaba, algo dentro de mí se rompía un poco más. Había hablado sin mirarme, sin dejar que viera sus ojos para saber si había algo más detrás de sus palabras.
¿Por qué lo mencionaba? ¿Qué ganaba contándomelo? Me dejaba preguntándome si lo hacía porque quería que yo lo supiera, para que me resignara, para que aceptara la verdad sin pelear. O quizás, solo lo decía por decirlo, sin pensar en el impacto que tendría en mí.
La verdad es que tampoco tenía derecho a sentirme así: Nari y yo nunca habíamos hablado de lo que había entre nosotros, si es que había algo. Pero no podía negar lo que sentía. La posibilidad de perderla ante alguien como Niki dolía más de lo que jamás hubiera imaginado, y ese dolor era una herida que se abría cada vez más con cada palabra que ella decía.
Podía recordar la conversación con una claridad que no quería tener.
Había intentado suavizarlo después de soltar la bomba, diciendo algo como "No podía querer a alguien que trate así a sus amigos", refiriéndose a mi, justificándose. Pero esas palabras no aliviaban nada, no para mí. Solo intensificaban la distancia entre nosotros, esa barrera invisible que parecía hacerse más gruesa cada vez que intentaba acercarme.
Mis labios se apretaron, recordando ese momento, el momento en que sentí la urgencia de decir algo, de detenerla, de pedirle que no se fuera. Pero no lo hice. Me quedé allí, inmóvil, mientras ella se levantaba como si nada hubiera cambiado, como si todo estuviera bien entre nosotros.
Intenté imaginar cómo habría sido esa respuesta a la confesión de Niki: ¿Habría sido igual de torpe? ¿Habría usado la misma voz temblorosa? ¿O fue diferente, con más sinceridad, más emoción? ¿Le había dado la atención que a mí me había negado? ¿Le había mirado a los ojos como no hizo conmigo?
