25. ── Realidad agridulce

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❛ Esta noche, mueres por el arrepentimiento. ❜

——— SUNGHOON

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——— SUNGHOON

La mañana del nueve de diciembre me recibió con una sinfonía de molestias: mi cabeza latía, y un leve dolor en el cuello me recordaba que mi posición para dormir no había sido la más cómoda.

Decidí incorporarme lentamente, pero al sentarme, la habitación giraba a mi alrededor. Parpadeé con fuerza, intentando despejar la bruma de confusión que nublaba mi mente.

Algo no encajaba. Moví la cabeza con precaución, mi memoria luchaba por recomponer los fragmentos dispersos de la noche anterior. ¿Por qué estaba en el piso? ¿Qué había sucedido?

Fue entonces cuando mi mente tropezó con la presencia de Nari.

Mi corazón dio un vuelco, esperando con ansias una oleada de alivio, pero en su lugar, una extraña sensación se asentó en mi garganta.

Me levanté rápidamente, la adrenalina despertó mis sentidos mientras escudriñaba el espacio en busca de cualquier señal de su presencia. No obstante, la cama perfectamente hecha, revelaba que ella no seguía ahí. Y sobre el cobertor, cuidadosamente doblada, reposaba una camiseta negra.

Mis pasos, lentos y pesados, se dirigieron hacia el mueble, como si algún indicio, alguna explicación se escondiera entre las sábanas perfectamente alisadas. Pero nada. Ninguna señal de su presencia. El vacío en el espacio que ella ocupó solo aumentó mi desconcierto.

¿Había sido un sueño, un desvarío causado por la resaca y el cansancio? La certeza de que Nari había estado ahí se aferraba a mi memoria, pero la realidad tangible, la cama desierta, ahora me confundía.

Los sonidos provenientes de la cocina me alentaron momentáneamente; era el ligero tintineo de los utensilios contra la encimera, el suave murmullo que indicaba la presencia de alguien.

Una sonrisa nerviosa se dibujó en mi rostro, anticipando el alivio de encontrar a Nari allí.

Sin embargo, al llegar a la entrada de la cocina, la sonrisa se desvaneció de inmediato. El ruido provenía de los platos siendo recogidos y colocados en el lavaplatos, pero no era Nari quien realizaba aquello. Mi corazón dio un vuelco cuando vi a Heeseung concentrado en la tarea, mientras Aerin estaba sentada en la isla, sumergida en las páginas de un libro.

La decepción se mezcló con la intranquilidad. Luego, mi mente divagó entre posibles escenarios, ninguno de ellos reconfortante: ¿Se había ido antes de que despertara? ¿Había ocurrido algo que la había obligado a marcharse sin decir nada?

Curious Around You ━━ Ni-ki & SunghoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora