𝗜𝗥𝗜𝗦, neteyam

xix. lo peor está por venir

𝐀𝐂𝐓 𝐓𝐇𝐑𝐄𝐄. 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐗𝐈𝐗
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𝐋𝐎 𝐏𝐄𝐎𝐑 𝐄𝐒𝐓𝐀́ 𝐏𝐎𝐑 𝐕𝐄𝐍𝐈𝐑

La mujer no entendía porqué, pero al parecer Aonung había arreglado las cosas con Lo'ak y ahora se llevaban bien. Como si no lo hubiera dejado completamente solo en el mar abierto. Tenía tantas cosas que decir al respecto sobre lo estúpido que esto era, pero prefirió no comentar nada para no generar más problemas en el ambiente.

Esa mañana se reunieron todos cerca de la orilla para hablar sobre lo que Lo'ak vivió el día anterior. Según él, un tulkun había salvado su vida y se había convertido en su amigo. Al parecer el animal ya era bastante conocido por los metkayina y no de manera buena.

Dayami y Neteyam los escuchaban hablar mandándose miradas de vez en cuando, pensando lo mismo al escucharlos.

Esto no iba a salir bien.

—Mató a muchos na'vi y otros Tulkun—. Explica Aonung causando que el menor rodara sus ojos.

—No, no es un asesino—. Lo defiende como si lo conociera de toda la vida.

—Lo'ak. Tienes suerte de estar vivo—. Tsireya apoya a su hermano, se le notaba lo preocupaba por todo lo que estaba oyendo.

A Dayami le pareció tierno lo mucho que le importaba Lo'ak. Era lindo verlos compartir y sus pequeños coqueteos que hacía que ambos se sonrojaran. Le recordaba mucho a ella y a Neteyam cuando comenzaron a salir.

—Salvó mi vida—. Continúa insistiendo, causando un suspiro pesado por parte de la mujer. Estaba haciendo las cosas demasiado difíciles. —Es mi amigo.

No quería culparlo por sentirse así, mucho menos después de haber escuchado el como su padre lo trató la noche anterior. Pero le molestaba que fuera tan terco con este tipo de cosas.

—Mi hermanito—. Neteyam se levanta de su lugar para tomar a Lo'ak de los hombros. —El poderoso guerrero que se enfrentó a un Tulkun asesino y vivió para contarlo—. Bromea sabiendo bien lo que estaba haciendo. La mujer rueda los ojos al escucharlo, molestándose también con él por tratarlo así.

Lo'ak sisea molesto y con fuerza se suelta del agarre de su hermano, parándose del suelo para comenzar a alejarse de todos.

—No me están escuchando—. Se da la vuelta y se va del lugar, enojado con ellos por no entenderlo.

—Eres un skxáwng—. Kiri le dice a Neteyam algo frustrada. Tenía toda la razón. Había sido culpa suya que el menor actuara así.

El mayor voltea a ver a su pareja, esperando algún tipo de apoyo por parte de ella, pero solo consigue una mirada fugaz para luego levantarse del suelo.

—Yo voy—. Sigue el camino que el chico había tomado y lo encuentra caminando cerca de la orilla. —Lo'ak—. Llama su atención obligándolo a mirarla.

—No, Dayami. No necesito un sermón—. La detiene sabiendo que si estaba ahí era para tener una conversación que por ahora deseaba evitar.

—¿Un sermón? No soy tu mamá—. Habla con sarcasmo, odiando la actitud que estaba tomando el menor. —Lo'ak, entiendo que pueda ser frustrante—. Comienza esta vez con un tono de voz más tranquilo, no quería que se sintiera mal por esto. —Pero tienes que escucharlos. Ellos viven aquí, conocen el mar.