xxvi. quisiera que esto acabe

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𝐀𝐂𝐓 𝐓𝐇𝐑𝐄𝐄. 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐗𝐗𝐕𝐈
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𝐐𝐔𝐈𝐒𝐈𝐄𝐑𝐀 𝐐𝐔𝐄 𝐄𝐒𝐓𝐎 𝐀𝐂𝐀𝐁𝐄








La lluvia en la isla no parecía tener intención de detenerse y no sabía cómo, pero la muerte de la hermana espiritual de Ronal tenía algo que ver. Toda la aldea se había reunido en un punto para hablar sobre lo sucedido ya que la muerte prematura fue gracias a las personas del cielo.

Dayami se sintió mal al ver a Ronal, intentó ponerse en sus zapatos y al segundo en el que pensó en perder a Sukka, un malestar la invadió. Era algo que definitivamente nunca quería tener que vivir.

Al llegar, se para al lado de Neteyam, quien le intenta dar una mirada dulce para explicarle que todo estaba bien, pero eso ni siquiera se lo creía él mismo. Nada de esto estaba bien.

El rostro del hombre se entristece levemente al notar la decepción en su pareja. Desearía poder tomarla entre sus brazos para darle algo de confort, pero ahora no estaban en la mejor situación como para hacer algo así.

—Mi hermana espiritual y su bebé han sido asesinadas por la gente del cielo—. Todos se habían reunido al rededor de los jefes del clan, quienes se veían molestos por lo que había sucedido.

—¡La guerra ha venido a nosotros!— Dayami baja sus orejas al escuchar a Tonowari, nunca lo había visto así. Siempre solía ser alguien tranquilo y muy amable. —Sabíamos sobre la caza de los Tulkun, pero iba más allá del horizonte. ¡Ahora está aquí!— Tanto él como otros metkayina, sacan su lengua como forma de amenaza. La mujer supuso que era parte de su cultura y que no significaba nada bueno.

—Tienen que entender como piensa la gente del cielo—. Jake interviene intentando que se calmaran. —A ellos no les importa el balance de la vida—. Poco le hacen caso al hombre, volviendo a llenarse de adrenalina.

—Escúchenlo—. Neteyam intenta calmarlos, obteniendo malos resultados.

—Las personas del cielo no van a parar. Este es solo el comienzo. Tienen que decirle a los Tulkun que se vayan—. A pesar de advertirles, a los metkayina parecía importarles poco lo que estaban escuchando.

—¡Vives entres nosotros y no has aprendido nada!— Desde que llegaron al arrecife, a Ronal parecía molestarle su presencia, por lo que ahora aprovechaba para sacar todo ese enojo.

—¡Pelearemos para proteger a nuestro hermanos y hermanas!— Otro na'vi, quien Dayami desconocía, se une a las discusión, causando de nuevo que todos comenzaran a gritar.

—Si atacan, si pelean, los destruirán. Van a destruir todo lo que aman—. Esto hace que todo empeore, la mujer sabia que Jake estaba haciendo lo posible, pero tal vez la manera en la que decía las cosas no era la mejor. —¡Escuchen lo que digo!

—Cálmense—. Neteyam vuelve a intentar calmar a la multitud. —Escuchen a mi padre. Está diciendo la verdad.

Dayami busca con su mirada a Neytiri, quien no demora conectar sus ojos con los de ella. No necesitaban hablar para entenderse mutuamente. Sus rostros preocupados eran suficientes para mostrar todo lo que estaban sintiendo.

Esto no iba a salir bien.

Jake nota que no importaba cuánto insistiera, nadie iba a escucharlo, por lo que se acerca a su hijo y le arrebata de las manos la lanza roja que sostenía. Se dirige al lado de Tonowari y levanta el arma, ganándose la atención de todos.

𝗜𝗥𝗜𝗦, neteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora