vii. vamos tú y yo, vamos tú y yo

3.9K 510 92
                                    












𝐀𝐂𝐓 𝐅𝐈𝐕𝐄. 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐕𝐈𝐈
════════════════════
𝐕𝐀𝐌𝐎𝐒 𝐓𝐔́ 𝐘 𝐘𝐎,
𝐕𝐀𝐌𝐎𝐒 𝐓𝐔́ 𝐘 𝐘𝐎








Para el hombre es inevitable no acercarse a ella para enredarla en sus brazos al segundo de verla. La escucha reír por la sorpresa, volteándose para mirarlo a los ojos.

—Hola—. Le sonríe al conectar sus ojos con los de ella, depositando un casto beso en sus labios, sintiéndose mil veces mejor al hacerlo.

Definitivamente había alegrado su día.

—¿Qué estás haciendo aquí?— Pregunta riendo levemente al separarse de él, algo confundida por verlo a esa hora de la tarde. Normalmente estaba bastante ocupado para este momento.

—¿No puedo pasar tiempo con mi hermosa esposa?— Sonríe de manera burlona, consiguiendo que la mujer rodara los ojos. El hombre no la suelta de su agarre, pero si la deja voltear para que siguiera con su trabajo.

—Sabes a lo que me refiero—. Al darle la espalda, Dayami vuelve a lo que estaba haciendo antes de su interrupción, sintiendo como Neteyam pegaba su cuerpo al de ella por completo y apoyaba su cabeza en su hombro.

—Tengo algo de tiempo libre y quería pasarlo contigo—. Murmura en su oído, causándole mariposas en el estómago. Neteyam se concentra en lo que la mujer estaba haciendo, viendo las joyas que creaba con facilidad, joyas que iba a usar su próximo hijo.

Gracias a su embarazo, Dayami todavía no había comenzado su trabajo como Tsahik al cien por ciento. Debía de mantenerse tranquila por el momento, por lo que aprovechaba su tiempo para prepararse a lo que se les venía encima.

La manos del hombre se posan sobre la barriga de la mujer, la cual ya se había formado por completo. Los meses habían pasado y ambos sabían que no faltaba mucho para que Ikal naciera.

Una sonrisa amplia se forma en su rostro al notar como su vientre se movía un poco, esto gracias al bebé que estaba dentro, el cual ya era lo suficientemente grande como para nacer.

—¿Lo sentiste?— Pregunta sonriendo de igual manera por la pequeña patada que acababa de percibir.

Neteyam deposita un beso en el cuello de la mujer, haciéndola reír por la sensación. Deja otro beso en su mejilla y la obliga a voltear de nuevo con ayuda de sus manos para besarla esta vez en los labios.

La mujer enreda sus brazos por el cuello del mayor, disfrutando de su compañía y del momento que estaban compartiendo.

Al segundo de hacerlo, siente un tirón en su vientre. Uno más fuerte de los que normalmente tenía. Rompe el beso y suelta un quejido de dolor, alertando a su pareja.

—Ey, ey, ¿estás bien?— La sostiene con sus brazos, impidiendo que cayera al suelo viendo como sus ojos se cerraban por el dolor y su rostro se afligía. —Daya—. Intenta llamar su atención para calmarla del dolor, pero definitivamente no estaba funcionando.

—Creo que está sucediendo.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝗜𝗥𝗜𝗦, neteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora