𝐀𝐂𝐓 𝐅𝐎𝐔𝐑. 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐗𝐈
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𝐉𝐔𝐍𝐓𝐎 𝐀 𝐓𝐈,
𝐌𝐈 𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐎Al entrar a la tienda que se iba a convertir en su hogar y el lugar donde vivirían por el resto de sus vidas, para Neteyam es imposible no sonreír ampliamente.
No podía creer que esto estuviera pasando.
Tanto él como Dayami dejan sus cosas en el suelo. El mayor comienza a sacar y acomodar sus pertenencias, cuando siente un fuerte sonido detrás de él. Era la mujer, quien se había lanzado a su cama sin ánimos de seguir los pasos de su pareja.
—¿Todo bien?— Pregunta con una risita, acercándose a ella para verla abrir sus ojos pesadamente y mirarlo.
—Necesito dormir—. Se remueve en la cama, logrando que el hombre rodara los ojos al escucharla.
—Dormiste todo el viaje—. Le recuerda sentándose a su lado, acariciando la piel de su pierna mientras la veía juguetón.
—Mentiras—. Entrecierra sus ojos haciéndolo reír. La menor se mueve a una esquina de la cama y palmea a su lado. —Duerme conmigo—. Ofrece ganándose una sonrisa coqueta por parte de su novio.
Definitivamente era una propuesta más que prometedora, pero dentro de él sabía que no podían dormir ahora mismo. Acababan de llegar y debían de organizar las cosas. Luego tendrían tiempo de descansar.
—Daya... deberíamos terminar de organizar—. La toma del brazo para intentar jalarla hacia él y levantarla de la cama, pero ella hace fuerza para que no lo consiguiera.
—Podemos hacer eso luego—. Utiliza esos ojos que siempre conseguían lo que querían, Neteyam desvía su mirada sabiendo que no iba a poder decirle que no si continuaban viéndola. —Vamos, será la primera vez durmiendo en nuestra propia tienda—. Le recuerda con una voz más dulce, consiguiendo que el mayor mordiera el interior de sus mejillas.
No podía decirle que no.
Lo piensa unos segundos antes de volver a conectar sus ojos con los de ella. Su propuesto no sonaba para nada mal. Después de todo, él también estaba agotado y dormir era lo único que necesitaba ahora. Además, acostarse junto a ella haría las cosas mucho mejor.
—Cuando lo pones así no suena tan mal—. Se rinde y ve sonreír ampliamente a Dayami, notando sus colmillos. Se deja caer a su lado, sintiéndose aliviado al segundo por el calor corporal de su novia.
No tarda en enredarla en sus brazos, la mujer se acurruca contra él, apoyando sus manos en el pecho del hombre y sintiéndolo respirar tranquilamente.
—No puedo creer que esto en serio esté pasando—. Confiesa causando que el mayor sonriera al darse cuenta que estaba pensando lo mismo que él.
Era increíble reflexionar sobre lo que estaba sucediendo en esos instantes. A Neteyam vienen demasiados pensamientos, en especial uno, que le recordaba los momentos en los que se conocieron.
No sabría que sería de su vida si no hubiera conocido a Dayami.
Recuerda el día que la conoció y lo nervioso que estaba al segundo de verla. Tan solo su presencia hacía que sus piernas temblaran. Recuerda también su primer beso. Lo que sintió en el momento que sus labios se tocaron y lo especial que fue entregarse a ella.
A la na'vi indicada.
El verse ahora, abrazado a ella en la cama de la tienda en la que iba a vivir permanentemente junto a ella. El lugar donde crecerían y formarían una familia. Era un sentimiento abrumador, pero no de los malos, en realidad hacía que su corazón palpitara con fuerza y que sintiera su cuerpo desbordarse de amor hacia ella.
—Y pensar que te conocí porque el idiota de Lo'ak perdió a Tuk—. Su comentario la hace reír por lo alto, inundando los oídos del mayor con el mejor sonido que podía escuchar.
—¿Crees que nos hubiéramos conocido aunque eso no hubiera pasado?— Se atreve a preguntar, jugando con sus dedos sobre la piel del hombre.
—Definitivamente—. La toma del rostro para obligarla a mirarlo. Nota como el brillo en los ojos de la mujer se intensifica, causando mariposas en su estómago.
—¿En serio?— El rostro de Neteyam se enternece.
Creía fielmente que aunque Lo'ak no hubiera perdido a Tuk ese día, Eywa hubiera encontrado la manera de hacer que ambos se conocieran.
Porque estaban destinados a estar juntos. Su destino era encontrarse porque así era como la vida lo quería.
—Daya, tú llamas la atención de cualquiera donde sea que te encuentres—. Ve como sus mejillas se sonrojan y le es imposible no soltar una risa leve. —Claro que me hubiera fijado en ti—. Junta sus labios con los de ella en un casto beso, logrando que sonriera.
Dayami lo toma de las mejillas, acercándolo más a ella para profundizar el beso. Ambos estaban demasiado cansado para llevar las cosas a otro nivel, por lo que tan solo querían besarse y disfrutar de la compañía del otro.
—Tal vez nos hubiéramos encontrado en una misión, o simplemente te hubiera visto caminando por ahí—. Se separa de ella para volver a mirarla a los ojos. Le parecía asombroso tener a su lado la mujer de sus sueños. Su deseo de ser amado por alguien así de especial e inefable se había cumplido. —Me habrías robado el corazón de todas maneras.
Esto hace que la menor suelte una carcajada corta, sintiéndose algo melosa por la cursilería que su novio acababa de soltar. Lo mira dulcemente al notar los ojos llenos de amor que le estaba regalando. Esos ojos que tanto amaba ver, brillaban debido a ella y eso hacía que se sintiera infinita.
—Está bien, no te pongas cursi.
── 𝗔 𝗨 𝗧 𝗛 𝗢 𝗥' 𝗦 𝗡 𝗢 𝗧 𝗘
Neteyam viendo a Dayami echarse a dormir sabiendo que deben de organizar:Capítulo corto pero quería darle un final tierno a este acto
Inefable: Que no puede ser dicho, explicado o descrito con palabras (en este caso por lo bueno que es)
Díganme que les parece 🫶🏻
Voten y comenten plis que me hace feliz-poseidonstrident © 2023
20/02/2023
ESTÁS LEYENDO
𝗜𝗥𝗜𝗦, neteyam
Romance𝙄𝙍𝙄𝙎 || ❝Lo escogí a él porque me di cuenta de que valía la pena, valía los riesgos, valía la vida.❞ ── En donde Neteyam y Dayami se enamoran antes de ser escogidos como los próximos Olo'eyktan y Tsahik del clan Omaticaya pero uno de ellos no es...