𝐀𝐂𝐓 𝐓𝐇𝐑𝐄𝐄. 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐈𝐗
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𝐋𝐀 𝐂𝐎𝐌𝐏𝐀𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎́𝐍 𝐌𝐄
𝐄𝐒𝐓𝐀́ 𝐌𝐀𝐓𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐋𝐄𝐍𝐓𝐀𝐌𝐄𝐍𝐓𝐄Una semana se había completado desde que Dayami tomó la decisión de quedarse en el arrecife y nunca había estado tan feliz de algo en su vida.
Ese día, caminaba tranquilamente por la orilla a la tienda de los Sully en busca de Neteyam, pero se vio interrumpida por Aonung, quien insistió en acompañarla en su camino mientras comenzaba a hablar del océano, especialmente sobre las criaturas que habitaban en este.
—Luego de crear el vínculo, se vuelven parte de nuestra familia—. Termina de explicar sobre los Tulkun, regalándole una sonrisa a Dayami. La verdad era que cuando no intentaba coquetear con ella, hablar con Aonung podía ser bastante agradable.
—Yo... no tenía idea—. Contesta sonriéndole sutilmente, haciendo lo posible para verse amable pero no como para hacerle creer que tenía una oportunidad.
—¿Lo ves? Hay cosas que Neteyam no puede enseñarte—. La chica detiene su paso para mirarlo fijamente. La conversación iba tan bien, pero tenía que arruinarlo con ese comentario. Aonung toma provecho de su estado para acercarse más a ella. —Eres hermosa—. Alza su mano para tomar uno de los mechones de cabello de Dayami y pasarlo detrás de su oreja.
En el proceso, la mujer lo toma de la muñeca, deteniendo lo que estaba haciendo y alejándose de él. Antes de poder reclamarle por lo que acababa de hacer, una voz detrás de ella le interrumpe.
—Aléjate de ella, pescadito—. Neteyam no pierde el tiempo para empujarlo, consiguiendo que se aleje por completo de ella.
—Neteyam—. Lo llama intentando detenerlo al ver sus ojos llenos de cólera y su mandíbula apretada.
Dayami no necesitó preguntar para saber que su pareja llevaba viendo la conversación entre ellos dos desde hace un tiempo y que había presenciado las intenciones de Aonung.
—Ey, no te enojes—. El metkayina sonríe, siendo consciente de lo que estaba causando. —Solo estábamos hablando—. Continúa defendiéndose para luego mirar a la mujer. —¿No es así, preciosa?
El que lo hiciera intencional llenaba aún más de ira a Neteyam. Ya odiaba a Aonung desde que llegó al arrecife, pero verlo intentar meterse con Dayami hacía que quisiera matarlo. Era la manera en la que se comportaba, importándole poco el saber que estaban en una relación lo que hacía que el hombre se saliera de sus casillas.
—Neteyam—. La mujer lo toma del brazo, intentando persuadirlo de la situación. —No vale la pena.
—¿O tal vez sí?— La mirada de Aonung viaja entre ella y el mayor.
—Aonung, para—. Dayami intenta detenerlo a él también, no quería que comenzaran una pelea por culpa de ella.
—¿Ves lo bien que se escucha mi nombre en tu boca?— Ríe amargamente, pero dura poco gracias al golpe que recibe en el rostro por parte de Neteyam, haciendo que caiga al suelo.
—¡Neteyam!— Dayami se sorprende al verlo y se planta frente a él, evitando de cualquier manera que siguiera golpeándolo. —Es suficiente—. El chico la mira por primera vez, notando como al igual que él, ella también estaba molesta. Muy molesta. —Vamos.
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𝗜𝗥𝗜𝗦, neteyam
Romance𝙄𝙍𝙄𝙎 || ❝Lo escogí a él porque me di cuenta de que valía la pena, valía los riesgos, valía la vida.❞ ── En donde Neteyam y Dayami se enamoran antes de ser escogidos como los próximos Olo'eyktan y Tsahik del clan Omaticaya pero uno de ellos no es...