𝗜𝗥𝗜𝗦, neteyam

ix. todo lo que es bueno se termina

𝐀𝐂𝐓 𝐅𝐎𝐔𝐑. 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐈𝐗
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𝐓𝐎𝐃𝐎 𝐋𝐎 𝐐𝐔𝐄 𝐄𝐒
𝐁𝐔𝐄𝐍𝐎 𝐒𝐄 𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀

El día había llegado.

Neteyam y Dayami por fin iniciarían su vida en el bosque, y aunque eso sonara increíblemente bien para ambos, el despedirse del resto les hacía dudar un poco de sus decisiones.

—Espero oír de ustedes pronto—. Jake le habla por lo bajo a la chica, abrazándola en el proceso mientras ella sonreía.

—Lo prometo—. Contiene las ganas de llorar. Ahora mismo tenía miles de emociones rondando por su cabeza y no sabía como controlarlas.

Se sentía feliz de tener a los Sully como una familia y saber que la apoyaban en cuanto a la decisión que había tomado junto a Neteyam sobre irse. Pero al mismo tiempo la invadía un sentimiento de dolor por tener que dejarlos en el arrecife. Pasarían meses hasta que tenga la oportunidad de verlos de nuevo.

Todo lo bueno siempre traía algo malo consigo.

Se separa del hombre para mirar a su lado, justo donde Neytiri se encontraba. La mayor la mira con sus mejillas mojadas gracias a las lagrimas, cosa que solo hizo que el corazón de la menor se arrugara.

—Oh, mi niña—. La enreda entre sus brazos para darle un fuerte abrazo, consiguiendo que la chica también comenzara a llorar.

Desde que los Sully acogieron a Dayami como una de los suyos, Neytiri creó una conexión muy especial con ella. Neteyam tuvo la oportunidad de contarle sin muchos detalles a su madre la mala relación que Dayami y Aywe tenían, por lo que se prometió a sí misma intentar ser eso que la menor necesitaba.

Se convirtió en la mamá que ella nunca pudo tener.

—No llegas a imaginar lo agradecida que estoy contigo por todo lo que has hecho por esta familia—. Comienza logrando que la chica la abrazara con más fuerza. Siempre que Neytiri o Jake le decían algo como eso, su corazón comenzaba a latir de manera errática. —Gracias por hacer a mi hijo feliz—. La mayor nunca había visto a Neteyam estar tan contento mientras era él mismo hasta que conoció a Dayami. —Le rezo a Eywa todos los días por darle la oportunidad de encontrarte.

Mientras ambas seguían compartiendo sus últimos momentos juntas, Neteyam terminaba de despedirse de su hermano, quien aunque se viera triste por todo esto, al menos ya no estaba enojado.

—Necesito que le hagas caso a papá—. Le recuerda utilizando un tono no tan serio, lo último que quería era que su despedida quedara en malos términos.

—Sí, sí, lo sé—. Rueda sus ojos soltando una risa, a veces Neteyam no podía olvidar el hecho de que era el hermano mayor y tenía que cuidarlo.

—Hablo en serio, Lo'ak—. Lo mira para reclamarle. —No voy a estar aquí para asumir la culpa—. Le es imposible no soltar una pequeña carcajada al ver la mueca en el rostro del menor.

Antes de poder decirle algo más, la mirada de Lo'ak viaja a alguien detrás de Neteyam. El mayor lo nota y mira para ver de quien se trataba. Era Tsireya, quien los veía a ambos con una sonrisa pequeña. El hombre ríe por lo bajo y vuelve a mirar a su hermano, notando que ahora tenía un estúpido gesto en su rostro.