𝗜𝗥𝗜𝗦, neteyam

vi. quiero vivir mejores días

𝐀𝐂𝐓 𝐓𝐖𝐎. 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐕𝐈
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𝐐𝐔𝐈𝐄𝐑𝐎 𝐕𝐈𝐕𝐈𝐑 𝐌𝐄𝐉𝐎𝐑𝐄𝐒 𝐃𝐈́𝐀𝐒

Dayami a veces podía llegar a odiar lo insistente que era Lo'ak con algunas cosas. El chico decidió levantarse ese día con las ganas de ir a cazar y claro que tenía que llevar a Neteyam y Dayami consigo.

Además, llevó a Spider a la travesía, cosa que a la mujer no le había agradado para nada. En sí, a ella no le agradaba el humano. Era algo que el mayor de todos ya había notado, pero nunca quiso comentar algo al respecto ya que no le vio suficiente importancia.

Rastrearon una pequeña manada llena de Yeriks, la cual todavía no había notado la presencia de los cuatro jóvenes que se encontraban cerca.

Lo'ak toma su arco en mano, y con unos segundos de concentración, disparó, dándole a uno de los animales y causando que el resto corriera lejos gracias al susto.

La chica le sonríe para felicitarlo. El menor había mejorado de manera increíble su manera de rastrear y cazar. Su hermano mayor también lo elogia golpeando levemente su hombro.

Dayami se dispone a acercarse al animal muerto, pero se ve detenida por Neteyam, quien la toma del brazo.

—Quédate con Spider. Nosotros lo traeremos—. En realidad no había razón alguna para eso, tan solo quería ver cómo reaccionaría la mujer con lo dicho.

—Estás de broma, ¿verdad?— Lo mira incrédulo, confundida por la repentina orden de su pareja.

—Dayami—. Se queda mirándola unos segundos, indicándole que no peleara al respecto para no incomodar al chico que tenían al lado. Después de todo, Spider estaba presenciando su conversación.

—No te demores—. Molesta, ve como se aleja junto a Lo'ak y se adentran en el bosque.

Toma asiento en el suelo y al sentir como el humano hacía lo mismo a su lado, le es imposible no rodar los ojos.

¿Acaso no era obvio que no lo quería cerca?

—¿Por qué me odias?— Se atreve a preguntarle, obligándola a mirarlo directamente. Algo dentro de ella se rió por la diferencia de tamaños, Spider parecía un pequeño bebé en comparación a ella.

—No te odio—. Le contesta sin más, no quería continuar la conversación.

—¿Entonces por qué me tratas así?— Rueda los ojos de nuevo al escucharlo. Se sentía hablando con Tuk, haciéndole preguntas tontas.

Claro que Tuk si le agradaba.

—No perteneces aquí, niño simio—. Evade su mirada, no quería mirarlo mientras le decía las cosas. —No importa cuánta pintura azul te pongas encima, o qué tan bien hables el idioma. No eres un na'vi y nunca lo serás.

Se desahoga por fin, consiguiendo sentirse aliviada de haber sacado eso de su cuerpo después de tanto tiempo de pensarlo.

—Tu noviecito es hijo de un humano—. Reprocha, para él era difícil que solo lo vieran como un alienígena. Y al ella ser la novia de uno de sus mejores amigos, esperaba algo más de compasión por su parte.