Que me alcance la vida | Camren

Parte 58

TRES SEMANAS DESPUÉS

OFICINAS DEL GRUPO CABELLO

NARRADOR OMNISCIENTE POV

Una vez superada la rabia inicial, Camila había querido apartar a Lauren de su mente, pero no había podido. Había querido conocer más acerca de la enfermedad de Lauren, y sobre todo, de qué tanto había funcionado el tratamiento en ella, pero era lo bastante orgullosa como para preguntar a su padre - los resultados de la investigación - o a Ally - la médico tratante de Lauren-.

Sin embargo, ello no sería obstáculo para saber más acerca de la salud de Lauren. Por primera vez, Camila iba a ejercer las prerrogativas que su posición le daba. Así, sin reparo alguno, decidió solicitar toda la información referente a la salud de Lauren.

De esa manera se enteró de que, en efecto, para cuando ella llegó a Colombia y se conocieron, Lauren estaba prácticamente desahuciada. Con posterioridad a ello, el proyecto de Ally convocó participantes y el médico tratante de Lauren en Colombia la propuso, y fue así como, por las condiciones específicas de la que había sido su novia, fue admitida entre los primeros candidatos.

Si bien se planteó que inicialmente el proyecto tuviera una fase que podía ser administrada en el país de origen, luego se prescribió que era necesaria la presencia de los participantes en The John Hopkins Hospital, por lo que tuvieron que ser traslados antes de lo previsto.

Esa fecha coincidía con el día en que ella y Lauren habían estado juntas íntimamente por primera vez, y con el día en que la había dejado sin explicación alguna.

Supo también que, de todos los participantes, Lauren y dos chicos más, eran quienes tenían mejor pronóstico de recuperación total. Bueno, eso ya lo sabía porque antes de que supiera que Lauren era la paciente en mención, Ally le había comentado que era ella en quien el tratamiento había dado los mejores resultados.

Cuanto había sufrido su amada Lauren, porque aunque no lo admitía en voz alta, la seguía amando. Claro que eso no era un secreto para nadie, y si no había podido engañar a nadie con eso, menos a ella misma. De hecho, ni siquiera lo había intentado.

Había días en que se debatía en ir en busca de Lauren, pero su orgullo se lo impedía. Una vez había comprado incluso los tíckets para ir a verla, pero había desistido a última hora.

Lauren se había equivocado al ocultarle la verdad, pero ella se había equivocado también en la reacción que había tenido. Nunca había reaccionado de esa manera a nada, pero este tema realmente la superaba y en ella, la mezcla entre ira y pena, no era precisamente la mejor. Incluso se desconocía.

No podía ignorar tampoco el hecho de que ella no había sido del todo honesta con Lauren. No le había dicho cuál era su verdadero nombre, y por lo tanto, cuál era su verdadero origen. Cuántas penas se hubieran ahorrado ambas, empezando por el hecho de que su familia patrocinaba el estudio en el que Lauren participaba.

Camila se encontraba perdida en sus pensamientos, sentada en la silla de su oficina, con los ojos cerrados y las manos cruzadas a la altura del estómago, cuando fue sorprendida por unos labios suaves y ese inconfundible olor a vainilla. Era Ariana.

Ariana quien se mostraba cada vez más entusiasta con el matrimonio. Sin embargo, a medida que Camila sabía por lo que Lauren había pasado, se arrepentía de haber tomado esa decisión tan apresurada.

Por su mente pasó el pensamiento fugaz de que Ariana desistiera del matrimonio. Sin embargo, agitó su cabeza de un lado de otro, en señal de rechazo, como si de esa manera la idea se ahuyentara.

Era demasiado inmadura y damasiado tonta como para admitir que se había apresurado. Aunque el haberlo reconocido para sí misma le daba un indicio de que sí, si bien había sido inmadura, estaba también en la capacidad de reconocer cuándo se había equivocado.