Que me alcance la vida | Camren

Parte 40

Este capítulo está dedicado a: sheylandrea28 , SabdyFlores , FabiolaPerez6 , AnonimoSeguidor , user66040403 , Mechita_ , noeliart21 , lizycastaneda617 , LeysiElianyEsquenSil , AdiRodriguezBeltre , Antloa21 , yorglis , ANONIMO_OO ,anrogah , LichiArvalos , camren_es_real69XD , depaz190 , ibzsara .
Gracias por agregar mi historia a sus listas de lectura. Espero que les guste y me acompañen hasta el final.

SEIS MESES DESPUÉS

ESTADOS UNIDOS

OFICINAS DEL GRUPO CABELLO

- Camila, yo... me preguntaba si tal vez quieres ir a cenar conmigo- dijo Ariana entre tímida y nerviosa,  jugando con su cabello, a una Camila que a duras penas había sacado los ojos del ordenador.

Camila ahora ocupaba el cargo de Gerente adjunta de todo el Grupo Cabello y venía haciendo muy bien su trabajo. En otras circunstancias, Alejandro hubiera estado feliz con la decisión de su hija. Sin embargo, sabía que Camila estaba ahí para tener la cabeza ocupada, como decía ella misma, "para no morir de tristeza".

Alejandro propuso a Camila poner a los mejores investigadores privados a su servicio. Ellos encontrarían a Lauren probablemente en un par de días como mucho, pues estaba dispuesto a ofrecer mucho dinero por ello. Sin embargo, Camila sabiamente le había dicho que, incluso si la encontraban, no conseguiría nada, pues Lauren no la amaba, no quería una relación con ella y "no la quería en su vida"- tal como le había dicho Mike-. Entonces, nada ganaría encontrándola.

Camila había tomado una decisión: Tendría una vida común y corriente, se casaría, tendría hijos - tal vez - trabajaría y listo, esperaría el día de su muerte. Podía soñar bastante fatídico, pero era así como vivía ahora. Por supuesto que entre sus planes, no había sitio para volver a enamorarse.

Ariana fue una de las primeras chicas con la que tuvo contacto después de saber que le gustaban las chicas. Ahora que había vuelto a Estados Unidos, Ariana había sido bastante insistente con ella, a pesar de que había sido muy clara: no tenía la más mínima intención de enamorarse, sin embargo, Ariana dentro de todo, pensaba que no había nada que el tiempo no cure.

- No puedo, Ariana, tengo que trabajar- dijo Camila mientras continuaba tecleando un correo de cierre de negociaciones con un nuevo cliente en Singapur.

- Pero igual tienes que cenar ¿no? Puede ser algo rápido y... - Camila por fin quitó la mirada del ordenador.

- Ariana, de verdad, no insistas. Sabes que tengo el corazón hecho polvo, y dudo que pueda volver a pensar en amor siquiera. Yo agradezco que siempre estés pendiente de mí, que siempre te estés preocupando, que siempre estés ahí, pero no quiero que pierdas tu tiempo- dijo Camila repitiendo algo que ya le había dicho más de dos veces antes - .