Parte 5

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Este capítulo está dedicado a miregonzalez100 . Gracias por ser el primer voto del primer capítulo de mi primera historia. Espero que me acompañes todo el camino y sobre todo, espero no decepcionarte 💜👸🏻.
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- Papá, no puedo creer que no hayas comprendido nada de lo que quiero hacer. Te dije que quería viajar a Latinoamérica y luego a Europa, como mochilera. Evidentemente no me iba a ir de los Estados Unidos a Colombia en bus, pero tampoco debías comprarme un boleto "First class", con uno de clase turista bastaba- dijo Camila debatiéndose entre desairar a su familia o quedarse disfrutando de ellos unos minutos más por el año que no los vería. Eligió lo segundo.

- Cuando yo no te vea, viaja en bicicleta si quieres, pero mientras yo esté presente, ningún hijo mío va a viajar en ninguna clase que no sea la primera- dijo Alejandro metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón.

- Y eso que no sabes dónde ha arreglado tu estadía...- mencionó Sinuhe mientras se acomodaba los lentes y tomaba del brazo a Camila para intentar calmar a la joven, que se había puesto aún más inquieta al escucharla, pues claramente su padre no estaba respetando su decisión de querer hacer su travesía en circunstancias ordinarias.

- Que mi estadía qué? Papá! Ya tengo idea de algunos hosteles, y por último, yo quiero viajar de mochilera, con trabajos eventuales y con esa sensación de incertidumbre que me hará demostrarme a mí misma que puedo sobrevivir en circunstancias hostiles, como les llamas tú- dijo Camila mientras se rascaba la frente.

- Hija, tienes reservada una suite en el Hilton Bogotá. Acéptala por favor por esta semana al menos, en lo que te instalas y conoces la ciudad. Si quieres luego te vas, pero que sepas que siempre puedes volver a esa Suite o a la que quieras en cualquier otro hotel. Llevas suficientes tarjetas sin límite de línea de crédito para que no te falte nada. No quiero que pases necesidad alguna- le dijo Alejandro mientras le ponía las manos en los hombros con la finalidad de tranquilizarla, y le besaba la frente.

Camila bufó y se dio cuenta de que discutir con su padre era en vano. Él no se rendiría tan fácilmente en cuanto a dejarla que hiciera ese recorrido por Latinoamérica y Europa como cualquier chico de su edad que no era hijo de la familia Cabello. Así, optó sólo por escucharlo y pensar que en cuanto él no la viera, ya el viaje se desarrollaría como ella había previsto.

Había elegido empezar por Colombia, por la gran admiración que sentía su abuelo por Gabriel García Márquez. Una vez le había confesado que cambiaría todas las propiedades que tenía, con tal de haber tenido una pequeña casita en Macondo, lo que evidentemente no era posible.

Su abuelo se había encargado de regalarle su primer libro que no fuera algún cuento de princesas, y era así como a los diez años había quedado cautivada por los Buendía, y por los Cien Años de Soledad que le tomaron a García Márquez, diecisiete años en ser escritos.

Su abuelo le había contado también que el día en que García Márquez fue anunciado como Premio Nobel, él celebró como si quién lo hubiera recibido hubiera sido alguien de su familia o incluso, él mismo. Y fueron todos esos detalles y la pasión con la que su abuelo le hablaba sobre ese ilustre colombiano, los que hicieron que ella decidiera que en ese país iniciaría su travesía, la que continuaría luego por Ecuador, Perú, Chile, Bolivia y el resto de países, sin siquiera imaginar que la vida tenía planeado otro itinerario para ella.

- Hija, quiero que te comuniques constantemente con nosotros. Es bueno que hayas decidido llevar tu teléfono y tu computadora contigo, porque así podremos hacer videollamadas por FaceTime, y recuerda que sea el momento que sea a la hora que sea, puedes llamarnos. Sabes que no hay reunión que sea más importante para mí que tú, Sofía o tu madre- le dijo Alejandro mientras la acercaba a su pecho y la envolvía en un abrazo, al que se sumaron Sinu y Sofi, permaneciendo así unos minutos.

- Sofi, dale a Camilita lo que le ibas a dar- le dijo Sinu a Sofi.

Sofi sacó de su mochila de princesas un pequeño unicornio de colores y se lo dio a Camila, quien lo recibió con las lágrimas a punto de escapársele.

- Sofi, bebé. Qué precioso!- dijo Camila quien finalmente perdió en la batalla contra sus lágrimas. Estas resbalaban tímidamente por el filo de sus ojos.

- Se llama Ifos, y él te va a cuidar cuando yo no esté contigo. Él me ha dicho que va a estar contigo siempre y va a cuidar tus sueños para que no te dé miedo por la noche cuando duermas- le dijo Sofi mientras se abrazaba a la cintura de Camila. Definitivamente esa pequeña personita le haría mucha falta en ese año.

Camila no supo responder a lo que le dijo Sofía, simplemente atinó a agacharse a para estar a su altura, a acomodarle el cabello y a decirle lo mucho que la quería.

- Te amo mucho, lo sabes, no?- le dijo Camila mientras le besaba la mejilla.

- Tú eres mi persona favorita en el mundo, Kaki- le dijo mientras se aferraba a su cuello. Dudó en decirle que no se fuera, pero Sinu había hablado con ella y le había explicado que Camila necesitaba ese viaje para encontrarse a sí misma y ser aún más feliz de lo que ya era con ellos. Porque aunque Camila no lo había dicho expresamente, Sinu había detectado que la necesidad de viajar de su hija y sobre todo en esas circunstancias, se debía a la necesidad de descubrirse y finalmente encontrarse, lo que le ayudaría a ser feliz.

Y finalmente, después de miles de recomendaciones de Alejandro, Sinu e incluso de Sofi, Camila abandonó el hall del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington, para pasar los controles migratorios respectivos y esperar mel vuelo con el que iniciaría lo que ella consideraba, era el viaje que le cambiaría la vida.

Que me alcance la vida | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora