Parte 9

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Este capítulo está dedicado a joclaros . Gracias por pasarte por esta historia y por darme la oportunidad de entretenerte con la lectura. Espero que me acompañes todo el camino con tus vistas y con tus votos, y sobre todo, espero no decepcionarte 💜🤗.

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Desde que Camila había visto a "Melancolía" - como había llamado a Lauren - no hizo otra cosa que pensar en ella. Desde ese día supo que su vida había cambiado, y que el mundo sí era un lugar maravilloso, porque ella existía y que Colombia debía ser una especie de paraíso en Latinoamérica, pues le era permitido a los ángeles transitar libremente en automóviles y poner dinero en botes en los semáforos.

Todos los días era la primera de los cinco en levantarse, la que insistía en que fueran lo más temprano posible la intersección de esa avenida, y también la que los instaba a quedarse lo más tarde posible. Por supuesto, tal ímpetu no perseguía una finalidad monetaria, sino que para ella cada minuto ahí, era una posibilidad de encontrarse nuevamente con Melancolía y poder verla algunos segundos como la primera vez. Sin embargo, los días pasaban y no le era concedida la gracia de admirarla una vez más.

Día a día iba creciendo en ella un sentimiento de pertenencia hacia Melancolía, como si fuera ella la pieza que llenara el vacío que sentía en su vida. Llegó a imaginar cómo sería la vida de Melancolía, y la imaginó como la triste princesa de un cuento en el que ella era el hada llamada a cumplir todos sus deseos. No el príncipe que la rescatara en un corcel, porque le parecía incluso blasfemo imaginarse besando a aquel ser celestial -aunque vaya que quería- sino el hada, porque hubiera puesto a su servicio toda la magia del mundo con tal de darle a aquella sonrisa triste, la alegría eterna.

Todos los días antes de salir del hostel en el que se hospedaba junto a Charlie, Zed, Becky y Selena, ensayaba su mejor sonrisa frente al espejo, y ensayaba también qué le diría, aunque muchas veces no encontrara palabras exactas, por lo que decidió que cuando la viera la próxima vez, le cantaría una canción, que variaba de acuerdo a su estado de ánimo y a la ansiedad que la consumía por verla.

El primer día pensó que nada no había nada más perfecto que Adele y Make you feel my love, pues moría por decirle "I could make you happy, make your dreams come true, nothing that I wouldn't do, go to the end of the Earth for you to make you feel my love, to make you feel my love... 🎼🎤". Y es que Melancolía personificaba sus sueños, por lo que a Camila nada le pareció más justo que poder volver realidad los sueños que tenía y así estar apenas a la altura de lo que Melancolía había hecho por ella, que era sólo existir.

Luego pensó que Dope, de Fifth Harmony -uno de sus grupos favoritos- sería buena idea, pues de pensar en que Melancolía era un ser celestial, pasó a pensar en que a lo mejor era un tipo de droga, porque no podía sacársela de la cabeza y no había hecho otra cosa que pensar en maneras para mantenerla cerca en caso la encontrara, y no había mejor manera de decirlo que esta: "I don't know what else to say but you're pretty fucking dope, just so you know I've been thinking 'bout ways that I wanna hold you close, Just so you know...🎼🎤".

Sin embargo, sabía también que si se volvían a encontrar, probablemente enmudeciera al no encontrar palabra alguna lo suficientemente digna para referirse a ella, sin saber que estaría a punto de comprobar si finalmente sería una canción o una palabra lo que asomara de sus labios al encontrarla.

Aquel día Camila había sentido nostalgia de su país, y nada mejor que la cafetería emblema de los Estados Unidos para recordarla. Pensó que sería buena idea también para poder hablar largo y tendido con su familia, porque en estos días no había podido hacerlo. Así que tomó su teléfono y su computadora y salió del hostel rumbo a Starbucks.

Que me alcance la vida | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora