Veintiséis

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Cuando abrí los ojos me intenté levantar asustada del frío suelo, pero las cadenas de mis manos que me dejaban enganchada a una de las paredes me lo impidió.

-¡Socorro!-grité.

¿Dónde diablos estaba? 

Miré a mi alrededor observando la paja en el suelo y las paredes de madera. Reconocía el olor a establo desde la lejanía. ¿A donde me habían llevado?

-Hola.

La puerta se abrió y un hombre al que no había visto en mi vida me miró  con semblante serio.

-No sé que te habrán dicho, pero yo no he hecho nada- sollocé asustada y completamente desprotegida ante lo que podía pasar- porfavor ayudame a escapar.

-Solo he venido a presentarme-dijo él con la voz ronca, sin apenas moverse del lugar.

-¿Luego me soltarás?- pregunté.

-Mi nombre es Robert Baratheon- dijo ignorándome- el único hijo varón de Borros Baratheon.

Escuchar eso hizo que agachara la cabeza.

-Yo no le hice nada a tu padre…

Pero no debí haber hablado, porque él dió grandes zancadas hacia mí y se agachó agarrandome del rostro, gesto que provocó aún más mis lágrimas cuando tocó el lado donde Luke me había golpeado.

-Mi padre está muerto,¿Te parece poco?

Miró mi rostro con despreció e hizo presión sobre mi golpe provocando que yo sollozara con fuerza.

-Eres más guapa de lo que esperaba…-susurró- entiendo porque mi padre quería entregarle todo Bastión de Tormentas a tu padre.

Deslizó su mano por mi cuello y descendió hasta rozar el comienzo de mis pechos.

-Creo que dejé claro que no podías tocarla.

Robert se puso de pie apartándose de mala gana cuando escuchó la voz de Luke detrás de él.

-No la estaba tocando- levantó las manos y esbozó una sonrisa- solo estaba hablando con ella.

-¿Vas a matarme?- pregunté.

-Te prometo que será rápido- contestó Luke sin mirarme- no te dolerá.

-Aemond no me ama, Luke- dije siendo incapaz de dejar de llorar- no nos casamos por amor, nos casamos porque mi padre le amenazó con Lyanna, ese es su punto débil, no yo, yo no soy más que un dolor de cabeza para él.

Sentí un pinchazo en el pecho al pronunciar aquellas palabras.

-¿Crees que Daemon se equivocó?

Asentí.

Luke resopló caminando hacia mí y cuando se agachó a mi lado, pasó su dedo por mi mentón.

-He estado hablando con tu padre- confesó con seriedad- a Aemond no le amenazaron con nada para casarse contigo, él mismo fue el que se ofreció.

-¿Qué?

-Firmó un acuerdo en el que tu padre se quedaría con Harrenhal a cambio de unos favores- continuó hablando- venga Sophie, ¿Vas a decirme que no lo sabías?, si tu padre hubiera amenazado a Aemond habría corrido la misma suerte que Borros Baratheon.

-Pero…

-No sé qué hiciste para agradarle, ni porque decidió casarse contigo y no con Helena, la mujer con la que lleva años, pero que él se fijará en ti no va a traerte más que desgracias..

-Si vas a matarme hazlo ya-tiré de las cadenas haciendome heridas en las muñecas- si eres incapaz de hacerlo entonces déjame ir.

Luke cogió aire y se levantó apartándose de mí.

-¿Has visto a Lyanna?- preguntó tras un largo rato de espaldas.

-¿Lyanna?- fruncí el ceño.

-¿La has visto?

-No quiero que cambies de tema, Luke- tiré de nuevo de las cadenas- quiero que me sueltes.

-¿Si te suelto la convencerias para que hablara conmigo?

-¿Para que la mates?- fruncí el ceño con enfado- jamás le haría eso a nadie.

Luke se giró y me mostró las llaves que llevaba en la mano.

-Si puedo hablar con Lyanna te soltaré y me inventaré algo para que Daemon no me mate a mi en tu lugar.

-¿Para qué quieres hablar con Lyanna?

-No es tu asunto- contestó con sequedad.

-¿Por qué no se lo pides a Daemon?, al fin y al cabo ella es su hija.

Agaché la cabeza moviéndola de un lado para otro con desaprobación.

-Si no se lo has pedido ya a Daemon es porque sabes que él se negara…-susurré casi para mí misma- y si él se negaría a dejarte a solas con ella es por algún motivo.

-¿Quieres ser libre?-preguntó lanzandome la llave- convence a Lyanna para verme.

Cogí la llave del suelo y con rapidez intenté meterla en la cerradura para abrir las esposas que me dejaban con escaso movimiento.

-¿Y si no lo hago?- pregunté logrando al fin soltarme.

-Te mataré sin contemplaciones- caminó hacia mí y me propinó un fuerte empujón- en tres días nos veremos en el Aguasnegras, si no llegas cuando la luna esté sobre el agua, morirás.

Asentí adolorida fijando la mirada en él.

-Vete antes de que llegue Daemon.

Con rapidez me aparté de él y corriendo hacia la puerta salí al exterior asustada.

¿A dónde debía ir?

Agarré por los extremos mi vestido y eché a correr con tan mala suerte, que cuando me adentré en un pequeño bosque, un dragón sobrevoló mi cabeza rugiendo con fuerza.

-No, no…-susurré deshaciéndome de los zapatos para correr más rápido.

El dragón prendió fuego a los árboles de mi alrededor y me cerró el paso aterrizando en frente de mí.

-Eres más astuta de lo que esperaba-Daemon bajó de su dragón y me miró con una amplia sonrisa en el rostro.

Armándome de valor corrí hacia un árbol y arranqué una rama bajo su atenta mirada.

-¿Vas a matarme con eso?- preguntó sonriendo.

-¡Déjame ir!- grité furiosa.

Daemon desenvainó su espada y caminó a grandes zancadas hacia mí, partiendo mi rama en dos en un abrir y cerrar de ojos.

Apoyó la punta de su espada en mi pecho y presionó provocando que yo cayera de espaldas en el suelo.

-¿Últimas palabras?-preguntó.

-Te voy a matar.

La loba y el dragón// (Aemond Targaryen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora