Llegamos a Desembarco del Rey por la tarde. Lyanna acompañada de Aegon nos recibieron en la entrada mientras mis nervios me iban consumiendo a cada segundo.
¿Cómo debía actuar?¿Y si se daban cuenta de que entre Daemon y yo no había nada?
Les seguí por el pasillo cuando entramos en el castillo y observé mi alrededor algo alarmada. ¿Dónde estaría Aemond?
-Celebraremos un banquete justo aquí- dijo Lyanna mirando a su padre con entusiasmo- hemos invitado a todos los señores importantes de Poniente.
-Y espero que después de eso os quedéis unos días- Aegon se aclaró la garganta intentando esquivar mi mirada- hemos mandado a que os preparen una habitación.
-Una habitación para cada uno-aclaró Lyanna- no hay que olvidar que ellos no están casados.
Miró a Aegon de reojo y volvió a sonreír para que su frase no sonase mal.
Suspiré desviando la vista hacia el trono de hierro en el que jamás la había visto sentada.
-Ya veo que están llegando los invitados- sonrió Helena entrando por la puerta y llamando mi atención.
Se la veía reluciente, llevaba un vestido verde, a juego con las piedras de su collar y sonreía como nunca antes la había visto.
Había vuelto con Aemond, eso estaba claro, se revolcaba con mi esposo y yo tenía que fingir que ese detalle no me afectaba en absoluto.
-Me gustaría hablar con Lyanna a solas- cambié de tema con enfado sin dignarme a seguir mirando a Helena-es un tema que me urge resolver.
Lyanna me miró juntando las cejas de forma tierna, pero no tardó en hacerme un gesto con la mano para que la siguiera.
-¿Pasa algo?- preguntó.
-Necesito la anulación de mi matrimonio.
-¿Aún sigues con eso?- preguntó elevando una ceja mientras salíamos al gran jardín- creía que ya se te había pasado.
-Mi hermano ha muerto…-susurré.
Y frené de golpe cuando distinguí a Yara sentada en un banco leyendo distraídamente un libro mientras rodeaba con su otra mano sus rodillas.
-¡Yara!- grité.
Ella levantó la mirada y cuando me vió soltó el libro saltando de la emoción. Corrió hacia mí y Lyanna se apartó cuando se abalanzó sobre mí cubriendome el rostro de besos.
-¿Dónde has estado?¿Por qué no has aparecido antes?
Lyanna sonrió y pasó su mano sobre mi hombro.
-Más tarde hablaremos de tus preocupaciones-y sin decir nada más se alejó dejándonos solas.
-¿Qué haces aquí?- pregunté pasando mis manos por sus brazos-¿Cómo has llegado hasta…
-Aemond me sacó de Invernalia-me interrumpió- y ha sido lo mejor que ha podido hacer.
Tiró de mi mano bajo mi atenta mirada y me guió por aquel jardín que parecía conocerse incluso mejor que yo.
-Tienen una biblioteca enorme-agarró el libro que continuaba en el banco y me lo mostró- los mejores vestidos y sedas- suspiró y se acercó más a mí- y aquí no parece importarles ninguno de mis extraños gustos.
-¿Te ha tratado bien?
-¿Te refieres a Aemond?
Asentí.
En su rostro se dibujó una amplia sonrisa.
-Me ha regalado este collar- me señaló con su dedo la joya que adornaba su cuello- siempre que vuelve de algún viaje me trae algo y…
La miré esperando a que continuara, pero ella levantó la mano y saludó a alguien detrás de mí.
-Y me deja estar con quién yo desee.
Me giré y comprendí a qué se refería de inmediato cuando otra chica de pelo dorado levantó la mano y esbozó una sonrisa en la lejanía.
-Me alegra saber que se ha portado bien contigo…-susurré.
Su mirada llena de entusiasmo se clavó en la mía y agarró mis manos mordiéndose el labio.
-¿No vas a preguntarme dónde está?
Negué con la cabeza.
-No me interesa en absoluto…
Yara sonrió y volvió a tirar de mi mano.
-En ese caso te llevaré a conocer mis aposentos, están justo en frente de los de Aemond, porque le aterroriza que me pase algo y él no se entere -soltó una carcajada divertida, como si le hubiese cogido el suficiente cariño a Aemond para hablar de él como si se tratase de su hermano mayor- pero no debes preocuparte porque él no se encuentra en el castillo.
Entramos en el interior y subimos las escaleras mientras decenas de recuerdos me pasaban por la mente. Decenas de recuerdos donde mis sentimientos hacia él no hacía otra cosa que crecer.
-¿Me estás escuchando?
Yara agitó su mano en frente de mi.
-Si, si…-mentí.
-Me dijo que sería mi acompañante en el baile de esta noche-abrió la puerta de sus aposentos y levantó los brazos con orgullo- y como ves mi habitación es incluso más grande que la de Invernalia.
-Ya veo…-susurré feliz de verla tan contenta.
-¿Has venido con Daemon?- preguntó girándose de golpe para mirarme.
Asentí.
-¿No es extraño que otro hombre sea tu acompañante cuando tu esposo también se encuentra en esa fiesta?
-Aemond pronto dejará de ser mi esposo-aclaré con incomodidad- mientras tanto no le debo ningún tipo de respeto.
Pero para mi sorpresa, Yara soltó una sonora carcajada.
-¿Me tomas por una idiota?- preguntó poniendo los ojos en blanco- soy tu hermana, no hay ser en todo Poniente que te conozca mejor que yo.
-¿Qué quieres decir con eso?- pregunté cruzándome de brazos.
-Romantizas mucho las relaciones, siempre has esperado tener un esposo para amarle, para entregarte a él, para darle hijos…¿Crees que de verdad voy a creerme que Aemond no significa nada para ti y que tú corazón lo tiene Daemon?
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La loba y el dragón// (Aemond Targaryen)
RomantizmII parte de "La chica del antifaz" FANFIC House of the dragon