DAERON
Miré hacia el techo y resoplé cuando escuché la puerta abrirse.
-Sabía que no encontrarías…
Pero cuando mis ojos se posaron en la puerta, me quedé completamente en silencio.
-Lleva la parte trasera de su vestido desatada- Aemond cerró la puerta a sus espaldas y me miró con frialdad- te dije que no te aprovecharas de su vulnerabilidad.
-No lo hago-mentí.
-Ha salido de la habitación a por un vaso de agua- su mirada aún continuaba fija en mi- la conozco mejor que nadie en este mundo y eso en ella significa incomodidad.
Con fuerza me lanzó su bastón.
-No la obligo a hacer nada- esquivé el bastón como pude poniéndome de pie- es más, ya no debería ni importarte, al fin y al cabo tú fuiste el que la lanzaste a mis brazos.
-No pienses que por estar cojo no puedo matarte ahora mismo…-murmuró entre dientes- la dejé a tu cuidado, solamente eso.
-Deberías volver con Alys antes de que eche en falta tu compañía- dije caminando hacia él- yo me encargaré del cuidado de Sophie.
Nos miramos desafiantes. ¿Quien diablos se creía para ahora reclamarme algo?¿Acaso no era eso lo que él quería?
Y entonces la puerta se abrió, y Sophie con la mano repleta de pasteles de limón nos miró avergonzada.
-¿Interrumpo algo?
Y para mí sorpresa, me irritó la mirada que Aemond le dedicó a la que era mi esposa.
MI ESPOSA.
La miró con ternura, como si deseara ir hacia ella y abrazarla, casi queriendo decirle algo, pero entonces giró su cabeza para mirarme a mí.
-Si, justo Daeron me estaba comentando que echaba de menos pasar la noche junto a su hermano, como cuando aún teníamos cinco años- puso el ojo en blanco apoyándose en la pared- espero que no te importe que tu esposo esta noche no duerma junto a ti.
Ella desvió la vista hacia mi algo confusa.
-Si lo prefieres me puedo quedar-dije con enfado.
¿Qué era lo que buscaba Aemond?¿Estropear la noche que tenía pensado pasar junto a ella?
-Puedes ir-contestó Sophie- por una noche que pasemos separados no creo que pierda el sueño.
-Pues ya la has escuchado, Daeron, vámonos de aquí.
Recogí mi camisa y salí de la habitación sin dignarme a mirarle, más enfadado de lo que deseaba estar realmente.
-No vuelvas a ponerle una mano encima a mi esposa o te cortaré la mano- Aemond me apuntó de nuevo con su bastón- y créeme, tengo unas terribles ganas de descargar mi ira contra alguien.
-¿Y qué diablos pretendes que haga?
-Comprendo que pueda gustarte, que la veas deseable, porque lo es, pero si tanto te afecta entonces no compartas habitación con ella, buscate otro lugar para dormir.
Y sin decirme nada más comenzó a caminar, apoyado en su bastón que no hacía más que mostrarle débil.
¿Por qué debía temerle?
Yo tenía a la chica, yo era su esposo y él sería fácil de quitar del medio si intentaba entrometerse en mi relación.
ESTÁS LEYENDO
La loba y el dragón// (Aemond Targaryen)
Storie d'amoreII parte de "La chica del antifaz" FANFIC House of the dragon