¿EL KYMAN ES REAL?

Capítulo 77: Ni pidi isquichirti sibri ñiñiñiñi...

Arte: yoquierodibujar

Aclaración: De acuerdo con las reglas actuales de Wattpad, se afirma que todos los personajes (implicados en situaciones sentimentales y eróticas) tienen 18 años o más, son mayores de edad.

Ya adentro de la tienda, Kyle sentía que todo mundo lo veía con cierto recelo, tal como si llevara su fechoría escrita en la cara. Estaban dos hombres al fondo comprando paquetes de cerveza, dos chicas de secundaria en el área de las revistas y el café, y la empleada medio recostada en su asiento tras el mostrador, escribiendo en su celular y haciendo burbujas de chicle, sin una preocupación en el mundo que la moviera.

Se apartó de la entrada cuando consiguió una mirada curiosa y dio un paseo por los pasillos. ¿Qué tenía que hacer?, ¿ir directo al área de...? Ahora que lo pensaba, ni siquiera sabía si las pruebas estaban en los pasillos o debía pedirlo primero en la caja.

Tomó una bolsa de papas cualquiera, unos rastrillos y una bolsa con dos aguacates. Una compra muy organizada. Se formó atrás de los hombres con sus cervezas y echó un vistazo a las cosas que se exhibían tras el mostrador. Veía unos tampones, cajas de condones, pero las pruebas brillaban en su ausencia. Sólo faltaba que no tuvieran ahí.

La empleada aclaró su garganta para llamar su atención y que notara que era el siguiente. La empleada se sobaba la espalda debido al estado de su embarazo. Kyle avanzó y puso las cosas que había tomado al azar, mientras trataba de no fijarse en la mujer por mucho tiempo.

— También me das una cajetilla de cigarros, por favor... ésa barra de chocolate... y, eh, sí, tres pruebas de embarazo —habló lo más rápido que pudo al final. La chica lo miró con duda, en busca de escucharlo de nuevo—. Pruebas de... embarazo, tres, por favor —repitió, en un tono más bajo.

— ¿Tres iguales o diferentes? —la chica ya se movía con dificultad, pero parecía relajada, sólo se inclinó hacia una gaveta que no se ve a simple vista y comprobó la mercancía.

— Diferentes... mejor, ¿cuántos modelos tiene? —Kyle preguntó un poco más alto.

— Cinco. ¿Pero con tres creo que sería suficiente? O con dos, en realidad —respondió ella.

— No, no, deme las cinco diferentes... —Kyle se ajustó los lentes con nerviosismo y se medio reclinó en el soporte del mostrador para ver a la chica. Le daba pena el esfuerzo que debía hacer con el estorbo de su barriga. Tragó saliva y jugó con sus manos antes de preguntar—. ¿Quieres ayuda?

— Ah, sí, si eres tan amable —la chica se irguió entre una respiración agitada y abrió la portezuela del estante para dejarlo pasar del otro lado—. ¿Cuántos meses tiene sin regla?

Kyle se puso de cuclillas y empezó a sacar las cajas que se veían diferentes entre sí. Su silencio fue suficiente para sacarle una risa a la empleada.

— ¿No sabes de la regla de tu novia? Oh, no, amigo, están un poco jodidos —opinó la chica.

—... Ya lo sabemos —el pelirrojo volvió a estirarse y salió del lugarcillo para regresar a su lugar—. Bueno, es que es irregular, entonces realmente... podría ser otra cosa y ya.

— Nah, eso es algo que se ve —dijo la chica—. Está o no está. Éste es mi segundo y fue muy fácil saberlo antes de hacer pruebas y ultrasonidos. Es algo... un instinto materno. No digo que todas las mujeres lo tengan, pero va aparte de los síntomas —hablaba mientras registraba cada prueba y metía toda la compra en dos bolsas. Cuando volteó hacia Kyle se alarmó al ver su color y el nerviosismo que transmitía lo que veía de su rostro—. Oh, pero realmente no, si ustedes...