Capítulo 30: Tú ganas, no me importa

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 Arte: yoquierodibujar

Aclaración: De acuerdo con las reglas actuales de Wattpad, se afirma que todos los personajes (implicados en situaciones sentimentales y eróticas) tienen 18 años o más, son mayores de edad.


Kyle tomó una bolsa de papas de entre el motín de los chicos, e hizo una seña a Cartman para que escogiera algo. Después se giró camino a su habitación, ahora sí. El castaño tomó un par de bebidas bajas en azúcar y siguió a su novio escaleras arriba.

La habitación de Kyle había cambiado poco desde que Eric entraba en ella a escondidas, en medio de la noche cuando era niño. Nunca pudo explicar su gusto por ver dormir al pelirrojo mientras le contaba sus planes. Ser invitado a pasar y entrar por la puerta principal tenía un sabor más dulce.

Dejó las bebidas sobre el escritorio y cerró la puerta a su espalda. Iba a quitarse la chaqueta ya que la calefacción en la casa Broflovski era alta, pero recordó que había olvidado ponerse una camisa esa mañana extraña. Ahora que lo recordaba, tampoco traía ropa interior. Bueno, eran detalles sin importancia.

— Oye, Kahl... ¿tienes una playera que me quede? —preguntó con la molestia del calor insistente en su piel.

Kyle puso la bolsa en el escritorio. Prendió la pantalla y la consola que ya estaba conectada. Sus movimientos nada tenían que ver con estar a solas en su cuarto con Eric... para nada. Quizá siempre sintió esa tensión cuando estaban solos, pero ahora le daba un sentido muy diferente.

Se hizo aire con una solapa de la chaqueta y volteó ante la petición—. Este, sí... supongo que tengo algo. —Fue hacia el clóset y de repente se quedó un momento pensando en el cuerpo del castaño. Su cuerpo más grande que el suyo, sobre él, haciendo presión. No estaba viendo realmente su ropa, incluso la estaba revolviendo un poco cuando lo notó.

— Escoge el juego que quieras. Te puedo ganar en el que sea. —Mencionó sin verlo mientras extendía un par de playeras que usualmente usaba Stan cuando se quedaba a dormir.

— Eh, gordo. —Llamó a la vez que lanzaba en su dirección la prenda elegida y volvía a doblar el caos que había hecho su mente dispersa. Trató de no voltear... como si quisiera verlo cambiarse, ¿qué de interesante tenía eso? En cambio, él hizo lo propio y se deshizo de la chaqueta de Eric. No se la devolvía porque tenía que lavarla primero.

La confianza de Kyle hizo sonreír a Eric pero tampoco lo dejaría ganar. Conocía los juegos de Kyle y sabía en cuales era bueno y cuáles no. Inició el juego y, mientras la introducción llenaba la habitación con su sonido se cambió de ropa, se cambió de ropa. Era una camisa grande para Kyle pero justa para él. No era incómoda pero tampoco era algo con lo que dormiría.

Sería el calor de la tarde, el cambio de tiempo... pero necesitaban refrescarse un poco.

Kyle se deshizo de la playera que llevaba y volvió a su clóset para buscar algo sin mangas, ligero, ahora que no importaba esconder las marcas sobre su piel.

Los ojos de Eric se despegaron de la pantalla para ver cómo el pelirrojo se cambiaba de espaldas a él. Sus marcas le traían un recuerdo delicioso, así que fue a cerrar la distancia entre ellos, ansioso.

Las manos de Kyle se tensaron sobre la playera en cuanto sintió el torso de Cartman sobre su espalda. Tragó en seco y presionó sus labios entre sí. Su cuerpo era tan contradictorio, había tensión pero también una increíble ligereza que le daba el deseo.

Eric acarició su cadera mientras besaba con suavidad las marcas de su cuello desde su espalda.

Y Kyle estaba a nada de obedecer al impulso, a plena luz del día y con una pijamada de chiquillos en la sala. Quería girarse y hacerle lo mismo, besarlo sin maldito permiso, como hacía él.

¿EL KYMAN ES REAL?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora