Capítulo 139: Quería cuidarte

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Arte: yoquierodibujar


Kyle soltó un ligero siseo ante la sensación de frío en la barriga, esa barriga que ya era más grande que él mismo. Así recostado y con gente alrededor se sentía como en esa película, en esa donde a un tipo le sale un alien todo sangriento del abdomen, mientras gritaba lleno de pánico hasta que moría.

Sólo que él gritaba por dentro. Un poquito nada más.

Es que no sabía a qué hora el doctor se había puesto de acuerdo con su familia para hacerlo comer como conejo y sacarlo a pasear. Pensarlo así le hacía pensar de sí mismo como un perro ahora. Estaba en todo, menos en la cita con el doctor que había pedido con tanta insistencia...

Eso sí, escuchó lo de la abstinencia sexual y sólo le quedó suspirar en resignación. Pensó que Eric estaba por decir algo como "desde que nos mudamos aquí y nuestra intimidad murió", así que le restó importancia. Igual ahora mismo toda su incomodidad corporal le impediría satisfacer por completo a su novio, estaba seguro de ello, y agradecía internamente que Eric no se desesperara por la falta de contacto.

Pero ver a las bolitas que hacían break dance en su interior le hizo sentir que todo valía la pena: su esfuerzo, su cansancio y su estrés. Lo recordaba cada que se movían, al grado de reconocer sus movimientos rutinarios, sus formas de estar en su hogar provisional. Era algo que sabía muy dentro de sí, pero verlos lo hacía más real, y ver a Eric tan emocionado le daba un toque tan dulce que por un momento ni se dio cuenta que se le había quedado viendo con una sonrisa, perdidamente enamorado y feliz.

— Son nuestros —contestó a su novio y se giró para verlos un poco más. No puede creer lo impaciente que está por verlos tal cual, en carne y hueso. Pese a tenerlos tan cerca, puede sentir ese deseo de tenerlos por completo. ¿Cómo se le había ocurrido aquello de darlos en adopción? Se sentía tan lejos de esa idea ahora. Los quería, los adoraba y todavía ni siquiera los conocía totalmente.

Le rondaba en la cabeza la pregunta sobre el sexo de las criaturas cuando le distrajo por completo la recomendación del doctor. ¿Qué había dicho? Creyó que Eric tenía esta tontera de salir y caminar por mera presión de Sheila, pero parecía que era otra recomendación de Raúl que se les había pasado decirle, eso y...

—... ¿El para la qué cosa de quién? —Kyle se quedó un rato viendo a Eric, entrecerrando los ojos con sospecha, porque lo conocía más que nadie en el mundo. Y luego volteó hacia el otro, quien lucía más que nada confundido, pero de una forma incrédula, como estaría alguien que de verdad no sabe qué pasa—. ¿Precaución por la qué?...

Raúl se quedó en silencio y alzó ambas cejas a la hora de ver a Eric—... ¿No le dijeron nada? —casi murmuró, pero para entonces Kyle se irguió y trató de cubrirse. Se sentía muy expuesto para la confusión que sentía ahora.

— ¿Cómo que nada? ¿Qué tenían que decirme? ¡¿Por qué no lo dicen ahora?!

— ¡Ah, no, espera! —al doctor se le cayó el aparato que llevaba en una mano y ello lo hizo demorar más, al grado de hacer bufar a Kyle de la desesperación. De por sí nunca había sido muy paciente.

— ¡Sabía, yo sabía! ¡Doctor, tiene que decirme! —el pelirrojo comenzó a demandar, entre la ligera muy ligera satisfacción de quien sabe que SIEMPRE tiene razón, pero también una preocupación que nacía.

— Kyle, ¡tienes que calmarte! —indicaba Raúl y parecía ver a Eric, como si él tuviera la solución ahora.

— ¡No! ¡Ya estoy harto de que quieran calmarme cuando ni siquiera estoy tenso! ¡Así me pongo tenso, maldita sea! —apretó los puños y de plano se levantó. Trataba de verse lo más serio y enojado posible, pero por su vestimenta, su porte y su mismo gesto, parecía más bien un niño a punto de hacer una rabieta. Incluso tomó una almohada, como si con eso pudiera amenazar a un alfa y a un doctor seguramente más rápido que él.

¿EL KYMAN ES REAL?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora