Capítulo 23: Siempre supe que querías matarme

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Arte: yoquierodibujar

Aclaración: De acuerdo con las reglas actuales de Wattpad, se afirma que todos los personajes (implicados en situaciones sentimentales y eróticas) tienen 18 años o más, son mayores de edad.


Desde que Kyle abrió los ojos supo que iba a matar a Cartman.

¿Acaso tiene una idea de lo peligroso que es dormir con una vela prendida? Aunque ya se había adecuado al aroma que desprendía la vela, era un delicioso aroma que combinaba con lo que ellos...

¡Pero podían morir rostizados!

No obstante, antes de levantarse y empezar a quejarse de todo, puso su nariz contra el cuello del castaño y dio un apretón en el abrazo que aún mantenían. Suponía que Cartman estaba dormido. Una parte de él quería quedarse en esa comodidad reconfortante por "cinco minutos más", pero la parte que había prometido encargarse de todo por la mañana ya estaba pensando en los pormenores.

En realidad apenas estaba saliendo el sol, pero debía pasar a su casa y cumplir con sus deberes. Ningún cansancio corporal lo excusaba. Debía pensar que le había dicho a Sheila que se había quedado con Stan y su amigo suele ir a correr desde muy temprano. Debe renunciar a eso sí o sí.

Se soltó de los hombros del más grande y tomó sus muñecas para zafarse de su agarre. Cuando quiso sentarse el escozor fue instantáneo. Lo hizo volver a su posición original y pasar su mano a su cadera con un siseo que se volvió un suspiro. ¿A esto se referían cuando decían que dolía?

Pues ni modo. Él accedió a eso. Sin embargo, clavó la mirada en esa expresión de angelito, tan sereno... incluso parecía feliz. Al idiota de Cartman seguro que no le dolía absolutamente nada.

Agh. Desvió la mirada cuando sintió que ya lo había visto demasiado y volvió a intentarlo, esta vez con toda la intención de ignorar el tirón en su espalda baja. Se había fracturado una pierna jugando baloncesto, eso debía ser un pellizco en comparación. Ah, pero vaya pellizco. Sentía las piernas como fideos cocidos... y aún no tenía ropa. No podía irse sin despertar a Cartman.

Qué jodida rabia tenía contra él mismo. ¿Estaba en una especie de celo o qué mierda? Le quitó las cobijas para envolverse en una y le metió un empujón en un hombro para que despertara. Después sopló a la vela.

— ¡¿Por qué la dejaste prendida, culón?! —Gritó con demás empujones. Luego fue a la toma de luz para ver si ya tenían electricidad y la dejó prendida para molestarlo—. Iré a bañarme. Dejaré la puerta abierta para que dejes mi ropa... por favor. ¡Ya levántate! —Y cerró con fuerza antes de volver a quejarse por su espalda. Parecía un viejito.

Su mirada tropezó con el espejo y entonces advirtió el camino de mordidas y chupetones que tenía en el cuello y un poco más abajo. Vaya, incluso a uno de sus pezones le tocó la gracia. Pero es que verlos estimulaba su memoria sensorial. Dobló la cobija, la dejó sobre el inodoro y se metió de inmediato al baño. Pensó que si lo hacían una vez, su cuerpo dejaría de insistir con ese tipo de impulsos, o que por lo menos podría controlarlos mejor. Había valido la pena intentarlo, pero ahora era mucho peor...

Eric se había quedado dormido en algún momento de la madrugada. Lo supo cuando despertó de golpe con un empujón de un Kyle muy molesto por alguna estupidez. Los gritos apenas tenían sentido en su cabeza, mientras parpadeaba lento. Trataba de adecuarse a lo que sucedía, pero un frío recorrió su cuerpo desnudo y cuando quiso cubrirse se dio cuenta que el pelirrojo salía de la habitación con la cobija como rehén.

— ¿Qué mierda? —Alcanzó a quejarse cuando se tallaba un ojo. Entonces, la realización de lo que había pasado la noche anterior llegó a su cabeza y una sonrisa amplia surcó sus labios. No había sido un sueño.

¿EL KYMAN ES REAL?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora