— Chloe - su voz retumbaba en mi interior y decidí seguir escondida durante un rato - Venga, no te escondas: realmente me apetece bailar contigo. ¿No me vas a conceder este baile?
Tras dudar un instante y recomponerme, me arreglé el vestido y mi peinado y, con un paso firme cargado de confianza, di unos pasos hasta quedar justo enfrente de él. La gente estaba asombrada, pues era la actitud que menos esperaban. Algunas chicas me observaban con cara de pocos amigos y otras siguieron con la boca abierta: Priya, desde lejos, me enviaba señales de que todo iba a ir bien.
La luces de la sala, poco a poco, se fueron atenuando y tan solo un foco logró iluminarnos a ambos. Observé a la gente de la sala y a todos sus amigos. Posé la mirada en cada uno de ellos pero me detuve cuando vi a Jungkook: una leve sonrisa fue suficiente para recibir, por su parte, una mirada intensa y fría al mismo tiempo. Me observó fijamente apretando su mandíbula y lo noté tragar. Tenía ante mí al mismísimo Adonis esperando que estuviera lista para concederle su baile pero, por alguna extraña razón, no podía dejar de apartar la vista de ese chico moreno que decidió darme su mirada de odio y que, por algún motivo, me gustaba que lo hiciera. Tras unos instantes aguantando su mirada, respiré hondo y decidí volver a posar mis ojos sobre Taehyung. Le tendí mi mano y, levemente, las primeras notas empezaron a sonar e impregnar la sala.
Seguí percibiendo su mirada sobre mí y, en el fondo, mentiría si dijera que no estaba disfrutando de ese instante. ¡Ni en mis mejores sueños hubiera imaginado lo que estaba viviendo ahora mismo! Nos fusionamos con la música, nos convertimos en uno solo y nos dejamos llevar por la melodía de la tan reconocida canción "Feeling Good" de Nina Simone.
— Realmente, no fue difícil elegir alguien con quien bailar - susurró cerca de mí - Nada más te vimos entrar por esa puerta, nos quedamos mudos. Ese vestido te sienta estupendo y, además, probablemente seas la mujer más interesante de toda la sala.
— Vaya, nunca me habían dicho algo igual - dije tratando de ocultar mi nerviosismo - Por cierto, ese amigo tuyo me observa como si le hubiera dicho algo malo.
— ¿Hablas de Jungkook? - se rió durante un leve momento - Estamos acostumbrados a que nos pregunten eso. Él simplemente es así: distante y frío pero, cuando lo conoces, cambia completamente.
Podía llegar a entender que fuera así por experiencias pasadas, pues también era distante, pero, ¿qué culpa teníamos el resto? Me gustaría tener la suficiente valentía para acercarme y saludarle pero, si él quería jugar a las miradas, íbamos a hacerlo. Total, al final, quien juega con fuego termina quemándose.
Después de despedirse con una suave reverencia, yo seguía en medio de la pista. La gente me observaba sin entender lo que sucedía y Taehyung siguió su camino hacia adelante, para regresar al lugar en el que estaba en un principio. Los siete conversaban en voz baja, de espaldas al resto de mortales, sin ser conscientes de que el círculo seguía estando presente. Me acerqué al lugar donde se ubicaban los músicos y, en voz baja, les comenté sobre mi deseo de interpretar un tango. A solas. Sabía que este tipo de bailes se solían hacer con una pareja, pero quería dejarme llevar por la melodía sin necesidad de tener un acompañante.
Empezaron a sonar las primeras notas de la tan famosa canción "Por una cabeza" y bajé de la tarima en dirección al lugar de baile. Me mentalicé dándome mensajes de apoyo a mí misma.
"Nadie en esta sala tiene las agallas para hacer lo que tú estás haciendo ahora" me repetí unas cuantas veces.
Seguidamente, cerré los ojos un instante hasta que me sentí con el suficiente poder y valor de enfrentar a solas este reto personal. Todos me observaban y seguía sin comprender por qué mi timidez había desaparecido por completo. Mis ojos navegaron entre las personas y una leve sonrisa se formó en mi comisura. Me deslicé alrededor de la sala y, pasando cerca de cada persona, empecé a fluir con la melodía. Me solté el pelo que llevaba recogido con una pinza y este cayó sobre mis hombros y espalda. De repente, percibí que los siete chicos se giraron para ver lo que estaba ocurriendo y sus caras de sorpresa lo decían todo: Taehyung y Jimin parecían estar disfrutando; NamJoon y Jin me señalaban sin salir de su asombro; Suga y Jhope seguían con sus bocas abiertas en forma de O; y, Jungkook, dio un paso al frente apoyando una de sus manos sobre la barandilla de la escalera mientras que, con la otra, sujetaba su copa mientras se relamía los labios con su atención fija en mí.
Sin siquiera esperarlo, Taehyung bajó poco a poco las escalinatas saliendo, así, a la pista y, con su mano tendida hacia mí, me preguntó si quería acompañante. En un principio no estaba previsto pero, dadas las circunstancias, acepté y ambos despertamos la sorpresa de los congregados. Aún sentía miradas de odio clavadas en mí pero, sin duda, la suya observándome desde lo alto de esos peldaños, me hizo sentir completamente desnuda. A pesar de todo, seguía con este juego al que nadie me invitó pero del que deseé ser parte: las leves sonrisas de los chicos me hacían comprender que estaban disfrutando con el espectáculo y que era más de lo que podían pedir.
La pasión con cada paso y la conexión con él fue algo único. Al principio dábamos vueltas a una distancia prudencial, mirándonos atentamente y evitando cualquier despiste. Seguidamente, se acercó como quien se acerca a su presa y me rodeó la cintura con su brazo, dejando descansar así su mano sobre mi espalda baja. Posteriormente, me incliné sutilmente y estiré mi pierna izquierda, desatando la locura de algunas personas. Tan solo estábamos los dos: el resto parecía haber desaparecido por completo.
Algo que me enamoraba de bailar era poder olvidarme del resto del mundo para centrarme únicamente en la música y en mí misma. El cuerpo, al moverse, se acciona dejando salir infinidad de emociones a cada paso. Y eso, a su vez, es arte: expresarse sin miedo al que dirán.
— No sabía que bailabas tan bien. ¿Dónde aprendiste? - me preguntó queriendo saber más.
— Siempre sentí una necesidad de hacerlo y de perfeccionarme. Por ese motivo, fui a una escuela donde pude aprender muchos tipos de baile distintos y, entre ellos, el tango - respiré hondo y le di las gracias por unirse a mí - Ah y he participado en algunos certámenes, lo cual me ha ayudado a reforzar la confianza en mí misma.
Taehyung estaba muy interesado en todo lo que decía y, después de charlar durante un rato, se despidió de mí otra vez. Esta vez sí.
Me retiré de la pista para perderme entre la multitud. Llevaba ya unas cuantas horas allí dentro, por lo que decidí salir a tomar el aire fresco. Hacía rato que no veía a Priya y empecé a dar vueltas de un lado a otro tratando de encontrarla: no tenía tampoco ningún mensaje de ella. Quizás seguía con la chica de antes en alguna parte; en ese caso, si fuera así, me quedaría más tranquila.
En mi esfuerzo por tratar de encontrarla tropecé, sin querer, con él. Pensaba que seguía dentro y, cuando levanté la cabeza, me estaba observando con esa misma oscura y profunda mirada que recibí de él nada más pisé esta mansión.
— Cuidado por donde vas - y con eso, chocó su hombro con el mío y siguió adelante.
Esto no iba a quedarse así.
No sabía bien a qué juego estaba jugando pero quería más.
ESTÁS LEYENDO
Cuando la luz te encuentre
FanfictionLo que parecía normal realmente no lo era y no fue hasta los 18 que pude descubrir que vivía en una completa mentira. Todo aquello que creí real era fruto únicamente de mi imaginación. Sin darme cuenta, mis decisiones no eran cosa mía sino de esos q...