Capítulo 51

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— Algo no está funcionando correctamente - Namjoon daba vueltas de un lado a otro.

Sabía que la preocupación de todos radicaba en el colgante que llevaba. Quizás no había sido buena idea mostrarlo de esta forma pero, ¿qué otra opción tenía? ¿Guardármelo todo? Probablemente si tomaba esa decisión terminaría pagando las consecuencias, pues desconocía el origen y, mucho menos, su funcionamiento.

— Sé que hay algo extraño en todo esto pero, ¿no sería mejor llenarnos el estómago con algo de comida? Ya tendremos tiempo para solucionar estas trivialidades - traté de restar importancia, pues necesitaba comer algo.

— La cuestión es esa: no tenemos tiempo. Pero, aún así, es buena idea cenar juntos y disfrutar de la compañía - agregó Namjoon.

Nos distribuimos a lo largo de aquella larga mesa. A mi lado derecho estaba Suga mientras que, a mi lado izquierdo, se encontraba Jhope. Enfrente de mí se hallaba Jin, Taehyung y Jimin y, en las cabeceras de la mesa, estaban Namjoon y Jungkook. Sentía como si estuviera inmersa en una película de época, pues había cocineros y un maître encargado de controlar que todo estuviera yendo a la perfección. No sabía de donde había salido toda aquella gente y reconocía que, quizás, se debía a que llevaba poco tiempo en este nuevo lugar. Tampoco había visto la casa en su totalidad pues todavía se trataba de mi tarea pendiente.

Namjoon se levantó de su silla mientras sostenía su copa de vino llena en alto. En su mano izquierda tenía una cucharilla y, con leves toques, nos indicó que era momento de prestarle atención. Todos los presentes le miramos expectantes ante su siguiente movimiento.

— Nunca pensé que estaríamos hoy aquí todos reunidos. Pero, por cosas que suceden en nuestro camino, podemos dar las gracias de encontrarnos sanos y salvos en este lugar al que llamar casa. Poco a poco nos hemos ido construyendo como una familia que, aún sin ser de sangre, ha demostrado estar en las buenas y en las malas, remando en una misma dirección y superando cualquier obstáculo - tomó aire y continuó - La maldad ahí afuera nos ha enseñado una poderosa lección: cuánto más unidos estemos, más fuertes nos haremos. Pero hoy también es un día para ser agradecidos - posó su mirada sobre mí - En nombre de todos, gracias Chloe. Tú nos has salvado, en parte. Cualquier persona hubiera abandonado el barco para salvarse primero pero, en cambio, fuiste a buscarnos, pues no ibas a estar tranquila ni pensabas escapar sin saber si nosotros estábamos bien. Te pusiste en peligro para protegernos. Eso es lo que haría una verdadera luchadora y tú lo eres.

Me sentía desbordada de felicidad y me sonrojé ante tantos halagos. No creí presenciar un discurso de tal calibre nunca, pero me sentí realmente emocionada. Hice un leve gesto con mi cabeza para dar las gracias en silencio y evitar interrumpirle. Posteriormente, se levantó Jimin y, lentamente, todos le siguieron, por lo que me sentí obligada a hacer lo mismo que ellos.

— ¡Por Chloe! - exclamaron al unísono todos los chicos.

Levanté mi copa para hacer el chin chin y unas lágrimas de felicidad brotaron de mis ojos. Los aplausos me hicieron entender que, por fin, también había encontrado mi sitio. Estos años atrás aprendí que no por viajar más era más feliz. Había visto mundo pero, rehacer constantemente mi vida, era incompatible con establecer lazos con personas a las que poder llamar amigos.

— ¡No sé realmente qué decir! Recuerdo que, cuando os vi a todos por primera vez, me sentí intimidada. Pero, con el tiempo, me demostrasteis mucho a pesar de no saber a penas nada de vosotros. Por algún motivo, me hicisteis confiar y me protegisteis como quien protege a su hija de la maldad del mundo - añadí.

La cena transcurrió con total normalidad y disfrutamos, a la luz de las velas, de aquel momento especial que estábamos viviendo. Las risas habían pasado a ser el plato principal, mientras recordábamos todo aquello que habíamos experimentado estas semanas atrás. Todo había sucedido deprisa y comprendí lo rápido que puede cambiar el mundo de un día para otro. Cuando terminamos, los camareros recogieron los platos sucios y, entre todos, ayudamos a apartar la mesa a un rincón para dejar libre la sala. Poco a poco y sin esperarlo fueron entrando, por la puerta principal de la casa, muchas personas.

— ¿Estáis preparados para hacer ruido? - Jhope sostenía el micrófono y sus ojos irradiaban felicidad.

La multitud asintió y la música empezó a sonar en aquel lugar. A pesar de todo, la casa tenía muy buena acústica y disfrutar del sonido era todo un placer. Varios camareros fueron circulando mientras sostenían bandejas con bebidas varias. Me decanté por tomar una copa de Champagne, pues necesitaba desinhibirme un poco y tomar algún que otro trago siempre jugaba a mi favor. Me aparté un poco para observar a la gente desde uno de los laterales que estaban libres y me di cuenta que la felicidad misma era eso: disfrutar de un buen momento haciendo algo que te gusta. Luego esa felicidad pasaría y experimentaría otro instante similar. Y, así, constantemente. 

En el centro de la pista se formó un espacio y Jimin, junto a Jhope, nos deleitaron con un break dance bien ejecutado que la gente elogió mientras les animaban a que continuaran haciéndolo.

— ¿Disfrutando del momento? - preguntó Jin a mi lado.

— Sin duda esta fiesta está superando mis expectativas - expresé.

— Me preguntaba si querías bailar - extendió su mano esperando una respuesta por mi parte.

Observé a todos lados y, desde lo alto, un Jungkook tranquilo nos observaba. Necesitaba animar la fiesta un poco y, quizás, dar la nota sería precisamente la forma de conseguirlo. Acepté y ambos ocupamos el mismo lugar en el que Jimin y Jhope habían estado segundos antes. La música cambió a una más tranquila y me puse nerviosa al pensar que se trataba de una balada. No sabía la finalidad de aquello, pero decidí seguirle la corriente. Ambos nos dejamos llevar por la melodía que inundaba el lugar y la gente nos observaba atentamente a cada paso.

Después de un par de minutos, levanté mi cara y Jungkook seguía con su mirada clavada en mí. A través de sus ojos vi una mezcla de sentimientos que no logré descifrar y, después de varios bailes con Jin, ambos hicimos una reverencia en señal de retiro. Me despedí amablemente de él aunque presentí que estaba decepcionado, pues quizás hubiera esperado más conexión entre ambos.

Volví a mi lugar inicial pero, dado que ya llevaba suficiente alcohol en mi organismo, opté por unirme a la gente que había desecho el círculo central y me dejé llevar por la música. Era animada y mi única preocupación ahora era divertirme. Cerré los ojos e hice un leve vaivén con mis caderas, lo cual me ayudó a comprender que el alcohol ya estaba surtiendo su efecto en mí. Posteriormente, los abrí y mi concentración era lo suficientemente elevada como para bailar sin pararme a pensar en el que dirían. Di un rodeo y, al girarme, un Jungkook divertido pero con una mirada capaz de deshacer cualquier glaciar, me miraba a pocos metros de donde estaba. Le ofrecí una sonrisa traviesa, levanté mi ceja izquierda y lo ignoré alejándome de allí. Sabía que sus ojos me perseguían entre la multitud para saber cuál iba a ser mi siguiente paso y me dirigí hacia las escaleras. Ascendí, poco a poco, y anduve lentamente por aquel pasillo. A pesar de los fuertes sonidos de las personas y del volumen elevado de la música, fue inevitable no escuchar unos pasos detrás de mí. Decidí no mirar atrás y seguir mi trayecto hacia adelante cuando, de repente, una mano me detuvo.

Sabía que no podía seguir alejándome. Estaba cansada.

Cuando la luz te encuentreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora