Epílogo. Capítulo 100

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El organizador de la firma de libros me había indicado, amablemente, que tomara asiento. Había llegado mi turno y varias personas cuya identidad desconocía, seguían de pie esperando mi momento.

— Muchísimas gracias por invitarme. No esperaba encontrarme aquí ahora. Pero tampoco esperaba que mi vida hubiese cambiado de este modo. Hace tres años emprendí mi trayecto hacia la universidad. Pero, en ocasiones, el caprichoso destino dicta sobre nuestra vida y decide qué debemos hacer a continuación.

— ¿Por qué decidiste escribir este libro? - una voz, al fondo del pasillo, me alertó de que esto no era un monólogo.

— ¿Conocen esa sensación de hacer algo por sentir que es el momento adecuado? Eso mismo me pasó. Lo escribí porque sentí que tenía algo que contar al mundo. Todos, de algún modo, necesitamos expresarnos.

— ¿Podrías explicar la razón de llevar ese título?

— Aunque se lo cuente, no me creerían - la multitud se rió - En realidad "Cuando la luz te encuentre" alude a una metáfora. Dos polos opuestos que, por razones varias, terminan encontrándose en el camino. Con el tiempo entendí que todos formamos parte de aquellos que nos rodean, aunque deseemos negar lo evidente - miré a Jungkook, que se encontraba atento escuchándome - Pero un día te das cuenta de que no puedes vivir sin esa persona. No comprendes por qué necesitas buscarle, encontrarle. Y, aún así, sigues detrás. Hasta que logras comprender por qué: esa atracción, esa fuerza inexplicable, también la siente la otra persona. Y, desde entonces, ambas almas se fusionan comprendiendo que, siempre, estaban navegando en la misma dirección. Entonces la luz absorbe la oscuridad y termina dándose cuenta de que, en ocasiones, solo se trata de encontrar nuestro faro para seguir andando.

Varias personas se secaban las lágrimas. Al parecer se habían emocionado de alguna manera. Y, en parte, estaba satisfecha de haber podido causar esa sensación a través de una historia. Eso me hacía comprender que conectar, mediante experiencias, con los demás era algo muy hermoso.

Las firmas siguieron hasta bien caída la noche. Los presentes fueron despidiéndose y, aún así, pude dilucidar varias figuras en la parte final todavía sentadas. El corazón se me aceleró pero, al instante, varias voces conocidas rompieron el tenso encuentro. Todos habían venido expresamente a mi firma de libros y eso me llenaba de felicidad.

— Espera, ¿cómo lo supisteis? - dije sorprendida.

— Un pajarito nos lo dijo - expresó Taehyung.

Giré rápidamente a observar a Jungkook, quien estaba feliz al ver mi expresión.

— ¿Qué? Este era un momento especial y sabía que, si estaban, ibas a ser enormemente feliz.

Los abracé a todos y, tras decidirlo, los invitamos a nuestro apartamento. Y, por suerte, las sorpresas no acabaron: el comedor estaba perfectamente adornado de decoraciones. Quería llorar de la emoción y lo bien que me sentía de tenerlos a todos aquí.

Desde la terraza pudimos ver el río Han y el cielo estrellado nos iluminó por completo.

— Pide un deseo, Chloe - dijo Dafne.

Lo pensé durante un largo rato y, cuando ya lo tenía, les hice la seña indicándoselo.

— Quiero saberlo - dijo Jimin.

— ¿Enserio? - pregunté extrañada, pues no era nada del otro mundo.

— Bien. He pedido convertir este instante en eterno.

Y así me percaté en que los años habían transcurrido deprisa y corriendo.

Todavía recordaba, hacía tres años, como habíamos luchado por hacer justicia. Tres años desde que los conocí. Tres desde que encontré a mi verdadera familia y había encontrado el propósito de mi vida. Durante todo ese tiempo, comprendí que navegamos por un camino constante donde hay que prestar atención hasta al más mínimo detalle. Porque, algo tan sutil, puede llegar a ser el detonante del cambio de rumbo.

Mis noches y mis días habían cambiado desde que él llegó a mi vida: no esperaba nada pero, a cambio, recibí el mundo entero. Comprendí que la felicidad era el instante mismo que dedicabas a esa persona especial o, incluso, a ti misma. Y también entendí que, a veces, buscando no lo encuentras; simplemente, llega en el momento adecuado. Me sentí realmente llena, pues no habían faltado las risas, los planes espontáneos y las noches de pasión que tanto anhelaba junto a él.

Pero, por suerte, desde este giro radical, también había tenido tiempo para hacer realidad el listado de objetivos que debía cumplir a toda costa. Primero fue el libro y después el conflicto interno de si debía continuar con mis estudios. Aunque el verdadero privilegio fue tenerlo siempre a mi lado, apoyándome en cada decisión y escuchándome en cada duda que tenía.

Y siempre me había prometido lo mismo. "En esto estamos juntos."

Por suerte, eso siempre había sido lo que había necesitado: un compañero de vida.

Finalmente, descubrí que la luz absorbió a la oscuridad. Aunque, en realidad, la oscuridad nunca lo fue. Lo cierto era que ambos buscábamos un motivo para seguir andando.

Y con él a mi lado ese motivo estaba más que justificado.

Por eso siempre lo quise y le querré.

Cuando la luz te encuentreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora