— Cuando llegué aquí me sentí verdaderamente acogido. Hasta ese momento había pasado por varios momentos tristes repletos de soledad. Era todo muy diferente: me tratabais con delicadeza y me cuidabais, como quien cuida su jarrón más preciado por miedo a romperse. Adopté una actitud de miedo ante la vida, pues no quería volver a pasar por lo mismo que había vivido años atrás, cuando me asignaron una familia que no era la mía. Pero lo curioso de la vida, en ese momento, fue pensar en la razón de ser el elegido. Por qué yo era quien tenía que vivir marcado, por qué fue a mí a quien cargaron con esta maldición. Solo deseaba vivir una vida repleta de tranquilidad y disfrutando de cada instante.
— Siempre lo supiste... - Dafne no daba crédito.
— ¿Acaso creíais que no me había dado cuenta? Mientras estuve allí dentro solo pensaba en la manera de escapar. Ideé planes, pero ninguno terminaba siendo válido. Así que opté por seguirles la corriente, por hacerles creer que, realmente, estaban haciéndome olvidar. En cada comida me daban un diminuto vaso de plástico blanco con varias pastillas. Les hice creer que me lo tomaba pero, en realidad, solo hacía el gesto de llevármelo a la boca y, estas, acababan en mi bolsillo. Tuve que fingir los efectos de la amnesia y continuar adelante con mi plan, para evitar que me pillaran. Al principio todo iba bien pero, empezaron a sospechar de mí, así que optaron por machacarlas para convertirlas en un fino polvo blanco. Eso era más complejo de lo que pensé pues, ¿de qué forma podía disimular? Pensé en rendirme con ello y, finalmente, acababa depositándolo sobre mi lengua sin llegar a tragar. Quizás podía sufrir un poco pero peor hubiera sido tragármelo. Luego lo escupía y seguía fingiendo. Finalmente, acabó funcionando y cesaron las sospechas.
— ¿Qué hiciste después de todo eso? - le pregunté queriendo saber más.
— Un día me hablaron sobre un análisis que debían hacerme. Sabía que, cada día dentro de aquella prisión, era peor. Había buscado información acerca de sustancias que podían prevenirme en caso de ir a más y accedí a un foro donde, las personas que buscaban liberarse de alguien, se refugiaban en busca de ayuda. Di con una mujer llamada Bridget y ella llevaba tiempo dedicándose a crear productos protectores. Mi plan era salir por una rendija, ir a por el producto y regresar a mi habitación. Todo fue como la seda y, pronto, empecé a tomar el antídoto contra mi mal interno. Funcionaba y, a pesar de los efectos secundarios, reducía el impacto que ese gen causaba en mí. Tuve que esconderlo muy bien en mi habitación pues, si alguien lo hubiera descubierto, no querría saber las consecuencias que sufriría yo o Bridget. Un día me avisaron de que, por suerte, una familia había decidido adoptarme pero, antes de marcharme, debía hacer una última cosa: provocar algo que les pusiera en un aprieto - adoptó una sonrisa misteriosa mientras sostenía un papel que terminó aplastando con su mano - Fui a uno de sus laboratorios de noche, cuando todos dormían, y prendí fuego. Pronto, una fumata que impedía respirar con normalidad, se apoderó de las instalaciones. De alguna manera, necesitaba que el mundo supiera lo que estaba ocurriendo en ese lugar donde no desearía que nadie quedara atrapado nunca. Al cabo de unos días me liberaron finalmente, y, gracias a la familia en cuestión, descubrí todo y entendí mejor lo que estaba ocurriendo. En realidad, me habían hecho creer que había escapado, pues en el fondo sabían que llevaba tiempo recabando información sobre ellos. Pero lo cierto fue que seguía formando parte de ellos y lo único que podía hacer era encontrar la salida por mí mismo - nos miraba a todos, aunque estaba concentrado en su relato.
— Así que fuiste tú el causante de aquel incendio, donde varias personas aparecieron muertas en extrañas circunstancias por haberse enfocado en investigar lo ocurrido - expresó Taehyung completamente sorprendido.
— Exactamente. Se podría decir que actuaba desde las sombras. Mi finalidad era destapar la verdad de todo aquello. Merecían pagar por todo lo que estaban haciendo - Jungkook irradiaba enfado.
— Cuando me dijiste que estabas buscándome, ¿eras tú o tu maldición la que hablaba? Has dicho que el producto que te suministró Bridget reducía los efectos, pero no los eliminaba - expresé con necesidad de obtener más información.
— A pesar de creer que aún sigue dentro de mí, fui yo quien hablaba. Te buscaba porque me quedé fascinado cuando te vi, por primera vez, en una fotografía que LUX me enseñó cuando me explicaron que era a ti a quien debía atrapar. Pero, sobre todo, necesitaba encontrarte porque sabía lo que ellos trataban de hacer contigo. En realidad, solo era su medio para su fin. Ellos seguían pensando que, una vez te encontrara, les informaría sobre ello. Pero la verdad es que solo quería encontrarte para ocultarte de lo que trataban de hacer - su mirada era sincera.
Todos estábamos estupefactos. Siempre nos había hecho creer que no era consciente de lo que había vivido y que, simplemente, había sido una víctima más en aquel juego por el poder. Lo cierto es que había sabido jugar muy bien sus cartas para alargar esa mentira todo lo posible. Se había sacrificado para salvarnos. Para salvarme. Era un gesto que le agradecía mucho pues, en el mundo en el que estábamos viviendo, podría resultar casi imposible confiar en alguien. A fin de cuentas entendí que, en una situación como la nuestra, éramos nosotros mismos quienes debíamos optar por el egoísmo con tal de escapar de la maldad que nos rodeaba.
Lo que más feliz me hizo, sin duda alguna, fue la valentía suya por hablarnos realmente de lo que estaba sucediendo. Había aprendido a quitarse su coraza completamente para mostrarse tal y como era.
Porque sí, ese era el mayor gesto de amor que podía tener. Por todos y, sobre todo, por sí mismo.
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Cuando la luz te encuentre
FanfictionLo que parecía normal realmente no lo era y no fue hasta los 18 que pude descubrir que vivía en una completa mentira. Todo aquello que creí real era fruto únicamente de mi imaginación. Sin darme cuenta, mis decisiones no eran cosa mía sino de esos q...