Capítulo 53

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Los primeros rayos de sol atravesaron el ventanal de la habitación. Era agradable saber que hacía buen tiempo pues, de lo contrario, me sentiría muy apática para enfrentar un día más. Aunque al principio me costó entender qué había ocurrido, una pequeña risita se escapó de mi boca rápidamente al recordar todo lo que había sucedido allí. Desde el suelo, se podía apreciar el recorrido que ambos hicimos con nuestra propia ropa de vestir que se fue desprendiendo de camino a la cama. Por una extraña razón me sentía feliz, aunque una sensación de frío se apoderó de mí al apreciar que estaba completamente desnuda y era la fina sábana la única que me cubría.

Unos suaves toques sobre la puerta me alertaron de que debía abrir, aunque tuve que ponerme el albornoz que había colgado en una de las perchas del baño.

— Buenos días dormilona - un Jungkook feliz me recibió mientras sostenía una bandeja de café y un plato repleto de fruta y bollería.

— Vaya, no tenías porque... - expresé.

— Tonterías. Hay que reponer el cuerpo después de haber perdido mucha energía - me guiñó el ojo.

Un ardor de apoderó de mis mejillas y traté de mirar a otro lado para disimular pero, aunque lo desease, siempre sería consciente del poder que tenía sobre mí. Me acerqué rápidamente a la cama, donde estaba él sentado, y tomé uno de los cojines para golpearle delicadamente ante su costumbre de ponerme nerviosa. Se levantó a toda velocidad y empezó a moverse para tratar de marearme. Bajé mi guardia y, nada más girarme para tomar mi desayuno, sus fuertes brazos me rodearon por la cintura y empezó a hacerme cosquillas. Me moví, sin control alguno ante la risa repentina que me dio, y ambos caímos sobre la cama. Desde abajo pude apreciar lo radiante que lucía hoy en especial y su mirada atenta estaba posada sobre mí. Con un suave toque, apartó uno de mis mechones para ponerlo por detrás de mi oreja y se acercó para plantar un tierno beso sobre mis labios. Después de un par de caricias supe que era mejor dejarlo, pues si continuábamos por ese camino, no íbamos a terminar jamás y todavía no había tenido tiempo de saborear el desayuno que me había traído especialmente para mí.

Degusté casi toda la comida que me trajo y me percaté de lo hambrienta que estaba, pues cada bocado sabía demasiado bien.

— Muchas gracias por el desayuno. Encima está calentito.

— Jajaja no es nada, en serio. Estabas tan a gusto durmiendo que quería sorprenderte de algún modo.

— Al final va a ser verdad eso que dijiste de querer entrar en mi cuarto para espiarme - le sonreí.

— Bueno, digamos que querer entrar para mirarte era la excusa - su mirada pícara me ayudó a deducir a lo que se estaba refiriendo.

— ¡Serás! - fingí sentirme atacada.

— ¿Ahora vas a volverme a mentir diciéndome que no lo estabas deseando todo este tiempo?

Continuamos compartiendo un rato juntos riéndonos y dedicándonos todo ese tiempo del que no habíamos podido disfrutar hasta ahora. Antes de despedirse de mí y abandonar mi cuarto, me informó que se iban a reunir todos en la zona principal de la casa y que debía asistir. Decidí darme una ducha para sentirme limpia y, con el primer atuendo que encontré junto al collar que llevaba puesto en la fiesta de la pasada madrugada, me encaminé hacia el lugar en el que habíamos quedado.

Descendí los escalones como pude. Sabía que había tenido una noche muy movida pero tuve que disimular de alguna forma, pues había zonas que seguía sin sentírmelas y continuaban doliendo. Desde abajo me observaban divertidos y, aunque nadie estaba diciendo nada, las miradas hablaban por sí solas. Todos estaban disfrutando de aquello, mientras ocultaban su diversión tapándose la boca con una mano. Otros miraban a Jungkook en específico, quien también había optado por sumarse a los demás.

— Vaya, vaya, veo que estáis disfrutando de mi situación - dije molesta aunque, en el fondo, también me hacía gracia.

— Es una mezcla entre entretenimiento y envidia - expresó Jimin.

— ¿Cómo que envidia?

— Bueno, digamos que algunas tienen la oportunidad de darse un gusto. Ya sabes - me guiñó el ojo sin borrar su sonrisa de la cara.

Aunque tenía mi lado oscuro donde me imaginaba escenarios poco inocentes, también tenía mi parte tímida en cuanto a hablar de ello en público se refería. Decidí ignorar todo aquello que estaba sucediendo y, de algún modo, tuve que distraerles cambiando de tema para que la atención se dirigiese hacia otro asunto.

— Bueno, a todo esto, ¿para qué nos habéis convocado aquí? - pregunté curiosamente.

El portón de madera de la entrada se abrió. Al principio, me costó distinguir la persona que la había abierto y el sonido de los tacones acercándose hacia nosotros, fue el claro indicativo de que no eran los chicos los que habían tenido la idea de reunirnos. Sino ella. Aunque no presté la mínima atención a la mujer que ahora se encontraba con nosotros, posteriormente me percaté de que ya la conocía.

— Me alegra que preguntes eso Chloe. Pero no dejas de ser la clave para llegar al final de este asunto.

— ¿Dafne?

— La misma.

Su mirada y su sonrisa misteriosa me ayudaron a comprender que todavía no sabía ni una décima parte de lo que estaba ocurriendo allí.

Cuando la luz te encuentreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora