Capítulo 65

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Estaba nerviosa. Me notaba agitada, mientras acariciaba con mis dedos aquella tapa dura que resultaba muy misteriosa. Observé a Jungkook y, en su mirada, puede ver palabras de alivio que me avisaron de que lo hiciera cuando estuviera lo suficientemente preparada.

— ¡Espera! Antes de que lo hagas, quiero que sepas que eso va a cambiar toda la percepción que tuviste de ti misma. Eso va a cambiar muchas cosas - Blair cortó el silencio que se había instalado hacía escasos minutos.

— Estoy preparada. Llevo mucho tiempo esperando esto y ahora no voy a echarme hacia atrás - respondí firmemente.

Liberé las correas y, poco a poco, fui descubriendo varias fotografías que fueron apareciendo en las primeras hojas. Eran bastante antiguas, pues el tiempo también había pasado para ellas, aunque las personas que aparecían seguían conservando su juventud. Observé aquellos rostros felices y, tras varios minutos, reconocí de quienes se trataban. En una de esas imágenes aparecían Blair, Dafne y Ava junto a sus padres. Parecían felices, pues todos sonreían a cámara.

En las siguientes fotografías ya habían pasado varios años pero, esas sonrisas anteriores que había visto, habían desaparecido. La felicidad se había esfumado y, la que fue su madre, ya no estaba presente. El rostro de Blair estaba lleno de tristeza, mientras su padre conservaba una sonrisa inexplicable.

Seguí hojeando aquel valioso diario de los secretos y pude entrever las diferentes etapas que hubieron, pues estaban correctamente indicadas.

— Antes de que continúes, hay algo que prefiero que sepas por mí. Es muy duro de explicar y tampoco sabría por donde empezar a contarte todo esto.

— Claro, ¿de qué se trata? - pregunté inocentemente.

— ¿Alguna vez has dudado de tus orígenes? O sea, ¿alguna vez has sospechado de algún familiar cercano?

Dudé un instante y enmudecí para tratar de echar la vista atrás, con tal de poder obtener una respuesta adecuada. Desde bien jovencita siempre me había sentido privilegiada de nacer en el seno de una familia acomodada. Eso me había permitido vivir despreocupada y rodeada de un cariño absoluto. Siempre me había sentido querida por mis padres y ellos siempre me habían cuidado, pues no tenía ninguna otra hermana. Pero, con el paso del tiempo y cuando ya fui más consciente de todo, noté ciertos cambios que antes no se dieron. Eran más distantes, aparecían menos por casa y actuaban de forma extraña. La cuestión, realmente, era el día en que había empezado a cambiar todo. O si, por lo contrario, siempre había sido de esa forma y nunca me había dado cuenta de ello.

— Este año pasado empecé a dudar de mis padres, pues adoptaron una actitud completamente diferente de la que habían tenido hasta ahora. Se alejaron más y estaban más despreocupados de mí. Eso siempre me había extrañado viniendo de ellos.

Blair se puso de pie para observar el paisaje a través del ventanal que había en aquel austero salón de madera. Por como estaba actuando en este preciso instante, percibí que había desconectado de esta realidad y estaba levemente emocionada.

— Mi nombre real siempre había sido Beatrix y, cuando escapé de aquel infierno al que vivía sujeta, rehice mi vida. Mi antiguo yo había muerto aquel día y emprendí un nuevo viaje. Antes de descubrir la infidelidad de mi padre, me enteré que mi madre tenía grandes dificultades para engendrar hijos. Al principio, ella estuvo de acuerdo con lo que hacía mi padre pues, dentro de la comunidad, todos teníamos una labor que cumplir. Nuestra familia era tan importante que necesitaban que naciese un nuevo varón que, en un futuro, pudiese encargarse de liderar la organización. Por ese motivo, ella accedió a que mi padre se acostase con su amante para que pudiera ofrecerle lo que mi madre no podía. Pero, inevitablemente, el infierno llegó en el momento en que él se enamoró de Filippa. A pesar de todo, Amara, mi madre, llena de frustración y dolor, supo camuflar todos esos signos y siguió adelante con su vida. Cuando Filippa se quedó en estado, se dieron cuenta de que era otra niña, algo que no estaba permitido y no esperaban en absoluto. A consecuencia de ello, mi padre se quedó con su hija y repudió a su amante. La culpó de no servir para absolutamente nada y le quitó todo lo que tenía, a modo de castigo. Después de un par de años, tanto mi madre como Filippa, terminaron falleciendo. La soledad y la tristeza las consumió pero, aún así, mi padre no hizo nada para terminar con los rumores que se habían ido difundiendo por el pueblo - se secó las lágrimas y continuó con su relato - Años después, cuando yo ya estaba muy lejos de aquel lugar, me enteré de que mi hermana Dafne se había quedado embarazada de un hombre que acabó abandonándola. Pensé que, quizás, estábamos condenadas a ello. Quizás una maldición se cernía sobre nosotras o, tal vez, debíamos pagar las consecuencias de nuestro padre que, años después, perdió completamente la cordura.

— No sabía que Dafne hubiera sido madre - respondí visiblemente sorprendida.

— ¿Recuerdas que Dafne y Ava mostraron su arrepentimiento y dijeron que todo había terminado entre ellas? Para demostrar que así era, decidió iniciar una nueva relación con alguna otra persona. Después de unos meses, me enteré de que había dado a luz a su primera hija. Pero, en el fondo, sabía que no podría cuidarla si seguía allí dentro - su voz pareció quebrarse - Un día, cuando estaba organizando su huida, fue descubierta por dos grandes representantes de la organización. A pesar de inventarse una excusa factible, fue insuficiente. La dejaron en libertad pero, el precio a pagar por haberse revelado y por traición al grupo, supuso perder a su hija. Se la quitaron y se la ofrecieron a un matrimonio, de la propia organización, dado que también habían presentado dificultades para engendrar hijos.

— No puedo imaginar el dolor que es que te quiten a tu hija de las manos - podía notar la pena que estaba sintiendo al recordar lo vivido - ¿habéis tenido novedades de ella?

Blair giró para mirarme fijamente. Una sutil sonrisa se formó en sus labios y sus ojos estaban inundados de enormes lágrimas. Dio un paso hacia mí.

— Bienvenida a casa, Chloe Salvatore.

Me quedé congelada. Cuando pronunció mi nombre al completo empecé a entender mejor todo aquello. Muchas emociones diferentes me embargaron y solo me hizo falta el abrazo de Jungkook para romperme en mil pedazos. 

Cuando la luz te encuentreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora