Capítulo 91

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Algo me hacía pensar que esto era justo lo que ellos estaban esperando: generarnos miedo para que accediéramos por donde ellos deseaban que lo hiciéramos. Intercambiamos miradas sin comprender de qué iba todo aquello y me apresuré a dar el primer paso. El brazo tatuado de Jungkook me detuvo rápidamente y me hizo una señal para que me mantuviera en silencio. No sabía qué es lo que estaba tratando de decirme, pero decidí hacerle caso una vez más.

— ¡Corred! ¡Escondeos! - exclamó Namjoon tratando de no levantar mucho la voz.

El susto fue tal que nos dividimos escondiéndonos detrás de varios troncos mientras manteníamos la mirada al frente. ¿De qué se suponía que estábamos escapando? El tiempo transcurría lentamente y nada parecía haber cambiado allí. Pero, al cabo de cinco minutos, varias pisadas apresuradas nos sorprendieron. Volvimos a ponernos en alerta, tratando de darle sentido a aquellas siluetas, cubiertas por el manto de la niebla, que inhalaban y exhalaban aire de forma veloz. Estaban agotados y sus rostros transmitían terror. ¿Qué se suponía que habían visto allí dentro para reaccionar de ese modo? Parecían desubicados y, en un principio, irreconocibles. Tras una pausa, continuaron andando hacia adelante y, una vez desapareció aquella humareda, reconocimos al instante de quien se trataba. Taehyung y Jimin miraban con desesperación a todos lados tratando de encontrar una vía de escape.

Salimos de nuestros escondites a toda velocidad y nos abalanzamos sobre ellos para abrazarles. Esto era una buena señal. Sin duda, nuestras esperanzas volvieron a crecer y supimos que no nos quedaba alternativa: teníamos que entrar dentro y encontrarles. Pero, por algún motivo, el pánico seguía fijo en sus rostros y eso fue lo que más duda me generaba. ¿Qué habían visto dentro para generarles ese pánico?

— Tenemos que entrar dentro. No nos queda alternativa - dije firmemente.

— Creo que Chloe tiene razón. Vamos - añadió Jungkook

— Pero alguien debe quedarse a cuidar a ambos. No podemos dejarles entrar sabiendo el estado en el que se encuentran - intervine.

— En todo caso, me quedaré yo a cuidarles - respondió Namjoon - Id vosotros. Nosotros estaremos bien.

Asentimos mirándonos por última vez y giramos sobre nuestros pies para dirigirnos hacia la entrada.

— ¡Chloe! - dijo Jimin desde la distancia mientras arrastraba las palabras - Ten cuidado. Ellos saben que estás aquí.

Nos quedamos petrificados. Había algo diferente en su habla, en su expresión. Deseaba con todas mis fuerzas descubrir qué les había sucedido para hallarse en ese estado, pero primero debíamos encargarnos de lo que fuera que hubiera allí dentro.

Reducimos nuestro paso, siendo cautelosos y evitando hacer ruido. Nos encontrábamos enfrente de la preciosa escalinata de piedra que había afuera. Ambos nos miramos por última vez y respiramos hondo tratando de relajarnos. Ascendimos lentamente hasta ubicarnos enfrente de la puerta que, a estas horas, permanecía abierta. Desde allí se respiraba un hedor a humedad combinado con la sensación de cuando algo se mantiene cerrado durante muchos años. Un viento inusual nos dio la bienvenida erizándonos la piel y, tras pensarlo un largo instante, dimos un paso al frente.

Ya estábamos en el interior y el hall de la entrada se caracterizaba por el enorme simbolismo, que envolvía los muros y el techo, así como el suelo de mármol que recordaba al tablero de ajedrez. Al frente, dos amplias escaleras a cada lado y los candelabros encendidos, ubicados en las paredes, iluminaban por completo la estancia. El elevado techo daba más sensación de espacio y, por un momento, tuve la sensación de estar en alguna película de época. El frío seguía calando nuestros huesos y, aunque deseaba abrazarle con todas mis fuerzas para entrar en calor, sabía que eso podía esperar un poco más.

Cuando la luz te encuentreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora