52. Aceptación

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El mundo sigue avanzado y yo aún estoy atascado aquí

Es tan difícil respirar

Ahora...

No hay ninguna luz

No veo una señal para levantarme de nuevo

Pero escuchar tu voz me hace querer vivir

Me haces sentir tan bien

Tomo un respiro y miro al frente

Valiente gracias a ti...

TWICE, Brave

🤍 🖤 🤍

Jaemin.

He puesto la mente en modo automático. Hay un sinfín de cosas en las que debería de estar pensando, pero solo tengo cabeza para ocuparme de aquello que me impide explorar el dolor con libertad.

   Hay tráfico e intento no ser imprudente, pero estoy tan desesperado que presiono sin cesar el claxon durante los semáforos en rojo. En treinta minutos ya he llegado a mi destino. No me doy cuenta de cuando apago el motor y cierro la puerta del auto. Como ya he dicho mi cuerpo se encarga de funcionar con completa autonomía.

   Unos niños casi me atropellan los pies con su triciclo al andar por la banqueta. Frente a la casa de Jaehyun estiro el brazo y toco el timbre tres veces. Ya voy por la cuarta cuando escucho pasos acercándose. Intento quitarme la cara de desquiciado que me debo estar cargando y la madre de Jaehyun sale a recibirme.

   —Hola, señora Jung, buenas tardes —la mujer se limpia las manos en su delantal de cocina, impresionada. Ya pasó mucho tiempo desde la última vez que nos vimos. Es mi padre quien mantiene contacto estrecho con los padres de Jaehyun por sus asuntos laborales—. Lamento molestar. Vine aquí buscando a Jaehyun.

   —Jaemin —me mira de pies a cabeza sin borrar su contradicción—. No esperaba verte. Pasa, por favor.

   Se hace a un lado y sigo adelante. Es descortés, pero husmeo con la mirada cada rincón visible de la casa en busca de Jaehyun. No parece que haya nadie además de ella.

   — ¿Quieres beber algo? Estaba preparando la cena —me invita a seguirla por el pasillo. Entra a la cocina y baja el fuego de algo que se cocina en la estufa.

   —No, gracias. Lamento ser inoportuno, pero necesitaba verlo.

   —Me temo que no será tan fácil, Jaehyun no se encuentra.

   — ¿Salió? Puedo esperarlo. Claro, si no le molesta.

   Yuri arruga el mandil entre sus dedos y se inquieta. Con una turbación aplastante.

   —Me refiero a que se ha ido.

   — ¿A dónde?

   —Regresó a Estados Unidos este fin de semana.

   Su respuesta es tan sorpresiva que no la comprendo.

   — ¿Qué?, ¿Por qué?

   —Es lo mismo que yo siquiera saber —se recuesta sobre la barra de la cocina, apoyando su peso en los brazos por detrás—. Le pidió a su padre volver sin ningún tipo de explicación. Fue tanta su insistencia que terminó convenciéndolo. Prometió que volvería, pero desde entonces no se ha comunicado con nosotros ni una sola vez.

Come my way「NoMin」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora