Come my way「NoMin」

2. Arrepentirse

Por más que intentaba olvidar, o hacer de cuenta que todo andaba bien, los recuerdos de lo que había vivido hacia unas cuantas horas no me dejaban tranquilo.

   ¿Qué demonios había visto? Fueron escasos pero suficientes segundos los que estuve ahí, presenciando la desastrosa escena para decirme a mí mismo que era suficiente, pues justo después de que Na Jaemin pronunciara mi nombre con mortificación, yo hui de ahí, sin querer escuchar nada más.

   Gracias a eso, muchas cosas ahora pasan por mi mente. Desgraciadamente no entiendo ni la mitad de ellas. Es como si intentara organizar un caos mental que se hace cada vez más incomprensible a medida que lo analizo con mayor detenimiento.

   Quizá debería iniciar con lo más sencillo. Tratar de entender cuando fue que uno de los profesores que trabajan en el Instituto, que podía incluso decirse es uno de mis colegas gracias a que imparte las mismas clases que yo, es gay.

   Y bueno, no es como que vaya a tener un enloquecimiento por eso, pero debo admitir que aunque actualmente la sexualidad es un tema de lo más común y recurrente, me sigue pareciendo un poco extraña la forma en cómo se desarrolla todo ese asunto.

   Sobre todo cuando soy heterosexual.

   Personalmente jamás me he visualizado estando a lado de otro hombre, mucho menos me he sentido atraído por uno. Toda mi vida he gustado de las mujeres y creo que es ese punto el que me hace trastabillar. Es decir, ¿Por qué habría de gustarme otro tipo? Si la mayoría de los que conocí durante mi tiempo como universitario no eran más que chicos rudos y bruscos que les gustaba eructar sobre la mesa, dejar la tapa del excusado arriba y sacarse la cerilla de los oídos cuando veían la televisión. Reconozco que no todos somos de esa forma, que hay algunos que son más educados que otros, pero aun así, ¿Qué hay de atractivo en eso? Prefiero salir con mujeres. Sus perfumes dulces y sus caras bonitas me vuelven loco. 

   Es por eso que no entiendo como la homosexualidad parece cobrar tanta relevancia hoy en día. Quisiera poder entenderlo. A lo mejor hay maravillosas ventajas en estar con otro hombre y yo me las estoy perdiendo todas por mi ignorancia.

   Es sarcasmo por cierto. No se me da muy bien usarlo, al parecer.

   Regresando al punto, no conozco a muchos profesores en el Instituto. Porque, aunque llevo casi un año trabajando aun me cuesta aprenderme el nombre de todos. No obstante, por lo que había visto y escuchado Na Jaemin no tiene esa reputación. Tampoco se dice mucho sobre él en el sentido amoroso. Había escuchado entre conversaciones casuales que algunas de las profesoras estaban interesadas en él por ser el más joven. Pero nada más.

   Hemos hablado poco, muy poco en realidad. Nos saludamos con cordialidad en los pasillos y una que otra vez estuve tentado a pedirle ayuda con las evaluaciones, pues como él tiene más tiempo trabajando en el instituto consideré que podría ser de gran ayuda. Así con que con ese pequeño contacto de por medio, yo no detecté ninguna conducta que me indicara que tuviera esos gustos. 

   Menos si son con alumnos.

   Y es precisamente eso lo que más me enferma del asunto, que el alumno con el que estaba destrozando el escritorio de la sala de maestros sea de mi grupo. Su nombre es Jung Jaehyun y fue transferido de Estados Unidos este año. Tiene diecinueve porque perdió dos cursos debido a su cambio. Aunque es mayor de edad sigue siendo ridículamente joven. No tengo idea de qué demonios estaba pasando por la cabeza de Na Jaemin al aceptar cualquier proposición que se le haya hecho. O peor, no sé en qué pensaba él si es que se le ocurrió chantajearlo para meterse con Jaehyun. 

   Dios, entre más lo pienso peor se pone el asunto.

   — ¿Comiste algo en la escuela, cielo? No has probado casi nada.