10. Inconveniente

15.3K 1.3K 4.9K
                                    

No fue la decisión más inteligente pero el resto de la tarde me la pasé en cama, durmiendo en un vago intento por despejar la mente. Mi madre tocó varias veces a la puerta, preguntando si me sentía enfermo. Le respondí que estaba bien, que lo único que sentía era cansancio. Después de darme una ducha caliente caí rendido en la cama sin intenciones de querer hacer nada más. La noche anterior me cobró factura, necesitaba recuperar un poco de las fuerzas que había perdido el fin de semana.

   No obstante, a pesar de mi descanso improvisado concluyo que por mucho que me gustaría no puedo evadir mis responsabilidades. Todavía tengo que pensar en el castigo que les daré a mis alumnos por no entregar la tarea; quizá les reste un punto en el examen o los obligue a presentar un trabajo o una exposición extra. Lo malo de todavía ser novato como profesor es no tener ni remota idea de que hacer en casos así. Es la primera vez que la gran mayoría no hace los deberes y no puedo simplemente hacerme de la vista gorda.

   Sin llegar a una conclusión definitiva, llega la noche y entonces es inevitable que me levante a tomar un vaso de leche, a sabiendas de que no es bueno que me vaya a dormir con el estómago vacío (por mucho que la idea no me desagrade). Me pongo de pie; me visto con el pijama y camino silenciosamente por el pasillo, esperando no hacer ruido por si mi madre ya se ha dormido. Al llegar a la sala descubro que no es necesario reprimirse, pues la encuentro viendo el televisor, a un volumen tan bajo que no entiendo como es capaz de escuchar nada.

   — ¿Ya te sientes mejor cielo? —pregunta desde el sillón y palmea el lugar disponible a su lado para que lo tome. No sé cómo ha percibido que estoy ahí, ni siquiera se ha girado a mirarme. A veces creo que las madres tienen súper poderes porque hacen cosas que no parecen de este mundo, como descubrir si mientes con solo mirarte a los ojos, saber en dónde están todas las cosas en la casa con exactitud y en general, activar su sexto sentido.

   Me acurruco contra su cuerpo y ella toca sin titubeos mi frente. Hace mi cabello todavía húmedo a un lado para poder tomar con mayor precisión mi temperatura y yo hago un ruidito afirmativo mientras intento descifrar que es lo que está mirando en la televisión. No quiero preocuparla porque todo lo que ha estado debilitándome tiene que ver más con los estúpidos pensamientos que rondan por mi mente, que con cualquier otra cosa.

   —Sí, creo que sólo necesitaba dormir. Ayer llegué muy tarde.

   —Lo noté. Ni siquiera me has dicho como te fue —sus delgados dedos enterrándose en mis mechones me relajan de sobre manera. Eso no es bueno porque lo que busco es terminar con mi somnolencia, no aumentarla—. ¿Tú y Yeeun finalmente regresaron?

   Tiene tanta emoción que me duele llevarle la contraria. Después de reflexionarlo durante mi psicodelia nocturna, entendí que en realidad Yeeun en ningún momento tuvo la intención de regresar conmigo. Tal parece que la salida que tuvimos fue simplemente eso, una salida que no marcó gran diferencia. A pesar del beso que compartimos al final, siento que ella todavía no está lista para hablar sobre nosotros. 

   —Todo a su debido tiempo, madre —es la única respuesta que por el momento soy capaz de darle sin alimentar sus esperanzas para el futuro—, por ahora estamos bien siendo amigos.

   —Pero a ella todavía le gustas, ¿verdad? —cuestiona con emoción, apartando sus manos de mi cabeza para llevarlas hacia las mías y entrelazarlas—. Seguro que sí, te veías guapísimo. Debieron tomarse una foto juntos, de seguro estaba preciosa con alguno de sus vestidos de diseñador.

   En momentos como este pienso que fue un grave error haberle enseñado a mi madre a usar Facebook. Ahora cada que le hablo sobre alguien corre a buscarlo y a ver sus fotos. Parece toda un stalker en proceso.

Come my way「NoMin」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora