Come my way「NoMin」

Epílogo

No te rindas

No me rendiré 

Soy libre para ser el mejor, estoy vivo

Soy libre para ser el mejor aquí, esta noche

El mejor 

Puedo resistir...

Sia - The Greatest

✨☁️✨

Jeno

Tengo el teléfono pegado a la oreja y mi mano derecha deslizándose sin descanso por mi muslo sobre la tela del pantalón. Me estoy arrugando el traje y debería importarme porque es nuevo y acabo de recogerlo de la tintorería, pero los nervios me están destrozando. Sigo decidido a todo, de eso no hay duda, pero al llegar aquí esta mañana la realidad me golpeó en la cara y entendí de forma más contundente lo que estoy a punto de hacer.

   —Entonces finalmente va pasar —¿Debería ofenderme que mi mejor amigo se escuche tan sorprendido?—. Jaemin no te está obligando, ¿verdad?

   Esbozo una mueca y contemplo el brazalete con nuestros nombres grabados en mi muñeca.

   —Le prometí que lo haría —murmuro, a pesar de que estoy solo y no hay necesidad de bajar la voz—. Pero se lo dije hasta que ellos me contactaron. No quería que se hiciera ilusiones en vano.

   —Y ahora sí que va a obligarte —suelta una risa maliciosa, parece gustarle la idea de Jaemin haciéndome sufrir—. Lleva mucho tiempo esperando por esto.

   Yo también, pero quiero pensar que no habrá necesidad de convencerme de nada. Pese a el golpe de realidad, todavía estoy decidido a continuar por mí. Por mi cuenta.

   Porque por fin, después de casi tres años, estoy listo para dar el siguiente paso.

   — ¿A qué hora es la cita?

   Miro el reloj. El peso del tiempo es cada vez más aplastante.

   —Dentro de una hora y me...

   —Dame un segundo —me interrumpe, apartándose del teléfono y gritando algo que se parece bastante a un "Dile a papi que te cepille los dientes... ¿El pijama?... Después regresas por tu beso de buenas noches" y sonrío, imaginando a Sakuya negándose a ir a la cama. En Nueva York ya está anocheciendo y Jungwoo debe tener reglas muy estrictas respecto a la hora en la que su hijo debe ir a dormir—. Ajá, sí bebé, ese... Volví, ¿Jeno?

   —Aquí estoy.

   — ¿Cuándo es tu cita?

   —En una hora y media —me quito una pelusa de la rodilla y la arrojo al suelo con tanto nerviosismo que casi se me queda pegada a los dedos por lo mucho que me están sudando las manos—, pero Luhan está en una junta de inversionistas y me dijo que fuera a su oficina en veinte minutos.

   — ¿Crees que se va a enojar?

   —Jaemin me dijo que lo entendería, pero no sé.

   —Jamás he visto a Lu enojado —reflexiona y me hace pensar a mí también si he tenido la oportunidad de ver a mi cuñado molesto por algo no sea el comportamiento infantil de su marido y su hermano. La respuesta es un rotundo no. Ni siquiera aquella vez en la que un becario le vació por accidente un vaso de café en el saco se molestó como cuando le ha tocado lidiar con las peleas de ese par—, y eso probablemente no sea bueno. Quienes rara vez se enfurecen disfrutan incendiando Troya cuando lo hacen