11. Pesadilla (pt. 2)

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¿Qué haces aquí?; ¿Cómo llegaste?; ¿Por qué me miras así?

   ¿Por qué me haces sentir que por más que quiera no puedo librarme de ti?

   Son algunas de las cosas que pienso mientras lo veo. El bar está a reventar de personas, las nubes de humo producto de la ambientación del lugar juegan con mi vista, la iluminación es relativa por las tonalidades de colores, y aun y con todo lo anterior soy perfectamente capaz de visualizar a Jaemin parado a mitad de la pista de baile, a pocos metros de donde yo me encuentro.

   No es una confusión, tampoco su fantasma que me persigue. Es su forma física, su esencia lo que me provoca escalofríos. Mi juicio no alcanza a comprender como es que de todos los posibles escenarios, tuvimos que encontrarnos en este.

   Congelado en mi lugar, por breves segundos la existencia se me limita a ser consciente de la suya. Sus brillantes ojos vivaces se prenden a los míos y sus labios rosados se curvan hacia arriba, mostrando una sonrisa tan socarrona que me confirma una vez más lo mucho que le encanta burlarse de mí.

   Inclina la cabeza hacia un lado y se acerca lentamente al chico que está frente a él, enseñándome con el gesto que esa es su compañía para esta noche. Del pobre desgraciado no distingo más allá de su corta cabellera rosada ya que está de espaldas, pero es claro que es un chico. Tiene los hombros anchos, una camiseta suelta y jeans negros.

   Desde el primer segundo soy capaz de sentir lástima por él.

   Jaemin coloca las manos tras su nuca y antes de acercarse hacia su oído, acaricia su cuello y no despega su mirada de la mía. ¿Qué haces? Es lo primero que pienso, ¿así tocas a todos los hombres con los que te relacionas?

   Su acompañante, después de algunos segundos de permanecer quieto, coloca las manos en su cadera y lo toma con posesión, evitando que se separe de su cuerpo. Entorno los ojos y aprieto los puños, ¿Así que a eso ha venido? ¿A dar rienda suelta a sus insanos deseos?; ¿Eso quiere decir que mientras yo me jodo la existencia pensando en sus juegos él se está divirtiendo de lo lindo, viviendo como si nada?

   — ¿Qué sucede Jeno? ¿Pasó algo?

   Yeri tira de mi brazo y me regresa a la realidad mirándome con preocupación. Observo su bonita cara tierna y la imagen descuadra completamente mi situación. Las palabras se me quedan atoradas en la garganta y siento como si estuviera viviendo una realidad simultánea.

   En el proceso de otorgar una respuesta, cometo el error de levantar la cabeza, notando que Jaemin todavía me está mirando. Se encuentra más cerca del tipo que antes y es ahí donde me pregunto ingenuamente si acaso será el mismo del restaurante o si ya se ha buscado otro.

   La última opción es la que considero más acertada. Debe divertirse mucho viéndole todos los días la cara de idiota a alguien diferente.

   Me dispongo a apartar la mirada y Jaemin se digna a tomar un poco de distancia con el tipo. Renuncio a la imagen pero él me detiene en el último instante haciendo un sutil movimiento con la barbilla hacia la derecha. No lo comprendo y lo vuelve a hacer; fijo la mirada hacia la dirección que indica y asumo que señala las escaleras que llevan hacia el segundo piso del bar.

   Arqueo una ceja. 

   ¿Qué es lo que quiere? ¿Qué vaya con él?

  — ¿Jeno?

   Yeri vuelve a pronunciar mi nombre y si ahora consigue llamar mi atención es porque sus dedos dócilmente tocan mis mejillas. Gira mi rostro y me obliga a enfocar los ojos en los suyos. Extrañamente hemos quedado cerca, más cerca de lo que nunca estuvimos antes. Titubea y como un reflejo su mirada cae en mis labios, y luego la desvía, ruborizándose. 

Come my way「NoMin」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora