13. Contradicción

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Había olvidado lo bien que se sentía rodear a alguien desnudo sobre la cama. Las emociones que recorren el pecho después de llegar al éxtasis y contemplar la expresión de una linda cara cansada. 

   Mi vida sexual nunca fue muy compleja, ocasionalmente llegué a tontear con alguna chica de mi clase. Ya saben, nada serio, cosas sencillas, nos besábamos en mi viejo auto y terminábamos en el sofá de su apartamento sin correr peligro de que alguien nos descubriera. La mayoría de los universitarios para esa edad ya estaban independizados, el único que tenía problemas con llevar a alguien a su piso, era el rarito que vivía con su madre.

    O sea yo.

   Tampoco es que fuera un total casanova. Tener relaciones sexuales para mí todavía es un tema a considerarse. Para liarme con una chica de ese modo, debo primero conocerla. Soy bastante consiente que no muchos piensan que ser minucioso con quien te llevas a la cama en nuestros tiempos, es algo de importancia, pero bueno ir contra la corriente de vez en cuando no cae para nada mal, sobre todo si los beneficios son mayores que la sentencia social.

   Cayendo en cuenta de todo lo anterior, no me sorprende entonces atraparme a mí mismo sintiéndome cómodo mientras acaricio las piernas desnudas de mi ex novia; una mujer que conozco bien, que además admiro y aprecio. Le dejo un beso en su hombro y me impregno la boca del sabor de su dulce piel. Palpo cuan perfecto es su cuerpo y no hay duda de lo mucho que me gusta su silueta y la manera en como mis dedos bajan sin miramientos por las curvas de sus caderas. Su figura es grácil y perfecta, su estrecha cintura encaja entre mis manos y su dorado cabello que huele a flores me hace cosquillas en la punta de nariz cada que se remueve perezosamente entre mis brazos.

   Hace rato que terminamos nuestro primer encuentro. El segundo sin embargo, chupó gran parte de nuestras fuerzas. Francamente nunca imaginé que terminaría haciendo el amor con Yeeun en un hotel cinco estrellas. Por algo dicen que las cosas que menos se planean, son las que mejor salen.

   Parte de la tensión que sentía desapareció en el instante que me empujé dentro de ella. Moví las caderas, cerré los ojos con fuerza y aspiré su aroma hasta que me embriagué de su esencia. Por algunos segundos olvidé porque estaba tan enojado, la frustración y la rabia se evaporaban de a poco con cada caricia. E iba a conseguir curarme por completo, hasta que Yeeun me dijo que estaba siendo demasiado rudo y que intentara tranquilizarme un poco. Estaba acostumbrada a ver mi lado dulce en la cama y creo que sentirme tan desesperado la hizo sentir incómoda.

   Frené mi intensidad y me preocupé por su placer en lugar de simplemente perseguir el mío. En ese momento me sentí como un idiota, porque ella no tenía por qué satisfacer solamente mis deseos, el sexo es un acto que une íntimamente a las personas y era egoísta que yo pretendiera llevarme toda la diversión.

   Cambiando la estrategia me dediqué a besarla y a cuidarla como en el pasado tantas veces había hecho. Ella se relajó ante mis toques y en nuestro segundo encuentro no hubo más quejas. Por supuesto que el éxtasis me golpeó, pero la comezón por hacer algo que me borrara toda la frustración sexual que sentía desde hacía días no desaparecía y saberlo con tanta claridad provocaba que me llenara los pensamientos de impotencia.

   ¿Qué era lo que realmente necesita? ¿Coger con tanta rudeza que fuera capaz de resetearme el sistema?

   Dejo mis absurdos pensamientos de lado y afianzo el agarre al cuerpo de Yeeun. Sea como sea ahora me siento más tranquilo y eso es algo que no puedo negar.

   Las copas llenas de champan reposan en un carrito móvil a lado de la cama, el servicio las trajo antes de que comenzáramos a besarnos, quizá bebamos un poco antes de irnos. También hay una tarta de frutos rojos y dos pequeños platos blancos para que nos sirvamos un trozo. La habitación por otro lado, tiene nuestras ropas esparcidas sobre la mullida alfombra, las ventanas que dan hacia la avenida están abiertas y antes de dejarlas así, la mucama nos dijo que desde afuera no puede verse hacia adentro. Pero sí viceversa.

Come my way「NoMin」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora