23. Diferente

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Y me entretengo con tus ojos cristalinos
Como gotas de champagne

Y sin embargo no dejo de pensar

En lo suave de tus labios cuando sueles besar

Y el sabor de tu saliva cuando empiezas a amar

Entiende lo que digo, esto es fácil, solo sigue el manual

No tiene tanto problema, es cuestión de escuchar

No busques una tangente, es fácil como decir

Que yo te gusto como tú a mí.

Plastilina Mosh, pervert pop song.

🍭 🍭🍭

En el aire, flota un ligero olor a humedad y desinfectante. No es la mejor de las combinaciones, pero el lugar se mantiene cálido y acogedor. Son cerca de las diez de la mañana, pero todavía no empieza el ajetreo matutino.

   Aproveché la hora libre de la que dispongo los lunes para venir a la librería que se encuentra a tres cuadras del instituto. En la mano derecha, sostengo la hoja en la que escribí los nombres de los autores de los libros de texto que voy a adquirir, y la izquierda, la tengo dentro del bolsillo del pantalón, resguardándola del frío. El agradable hombre que atiende tras el mostrador, me mira a través de sus gafas sobre el puente de la nariz y pregunta con voz neutra qué es lo que necesito. Le entrego la lista con una sonrisa. Fue un poco complicado conseguir todos los nombres, pero no hay nada que con una buena negociación no se pueda conseguir.

   Por borrar dos taches de la lista de asistencia, Hedenry me dijo cuáles son los libros que utilizan para todas sus clases. Debo admitir que no creí que tuviera éxito, pero cuando le comuniqué al jefe de grupo que necesitaba esa información a cambio de quitarle dos faltas, resultó más fácil de convencer de lo que imaginé.

   El pobre debió pensar que tenía más, pues se emocionó bastante por el ofrecimiento. Ayudó a mis nervios que no me cuestionara el porqué. Supongo que eso venía implícito en el trato. Aunque de todas formas, no considero que sea tan raro que yo su profesor, quiera saber que otras materias además de la mía tienen. Siguen siendo cosas de la escuela, ¿no?

   — ¿Va a quererlos todos? —el hombre de la librería me pregunta después de darle un vistazo a la bibliografía. Son nueve en total y lo entiendo si cree que no es común que se compre tal cantidad en estos días en donde las clases van tan adelantadas.

   —Sí, por favor.

   Asiente con la cabeza y después de teclear algunas cosas en la computadora, utiliza su vieja escalera de madera para buscar los libros en las repisas contiguas a la caja registradora. A pesar de mis pocos ahorros y de los recientes gastos a los que tuve que enfrentarme, logré apañármelas para comprarle a Jaehyun su material. De solo pensar que no entrega sus tareas o hace sus actividades escolares por culpa de la atrocidad que le hicieron, el corazón se me hace pedazos.

   Admito que le dejé a Jaemin la tarea más importante; hablar con él y hacerlo sentir mejor. Porque sé que por mucho que lo desee, no soy la persona indicada para darle ánimos o tocar en general el tema. Sin embargo, eso no significa que vaya a quedarme de brazos cruzados, viendo como otra persona sufre por la aversión a la homosexualidad, sin hacer algo al respecto.

   Por primera vez en mi vida no quiero simplemente observar y callar. Quiero hacer algo, ya no formar parte de las personas que tanto lastiman a los demás. Porque al recordar a Jaehyun entrando golpeado al salón, sólo puedo pensar en Chittaphon aquella navidad, cuando veo a Jaehyun sentado en su pupitre, mirando el suelo, sin hablarle a nadie, excluyéndose como si tuviera una rara enfermedad, reflexiono en lo estúpidos que como familia fuimos ignorando a Chittaphon por ser homosexual, pasando de él, evitando hablar de él, como si hubiera muerto.

Come my way「NoMin」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora