24. Adicción (pt. 1)

21.2K 1.3K 9.7K
                                    

No hagas preguntas

Que no quieres saber

Aprendí mi lección

Hace mucho tiempo atrás

Tomo lo que quiero

Cuando lo quiero

Y te quiero a ti

Malas noticias

Uno de nosotros va a perder

Yo soy la pólvora

Tú eres el encendedor

Solo añádele algo de fricción.

Billie Elish, my strange addiction.

⚠️Contenido MUY explícito.
Dirty talk.⚠️

🔥🔥🔥

Jaemin.

— ¿Estás seguro que no quieres entrar?

  Le propongo una vez más a mi cita, moviendo la barbilla hacia la derecha para señalar mi casa. Ninguno de los empleados se ha acercado a abrirme la puerta y eso es porque saben que cuando vengo acompañado no hay necesidad de hacerlo.

   Él echa una rápida ojeada a la entrada y luego, arruga la frente.

   — ¿Estás solo?

   —No. Mi hermano acaba de llegar.

   No esconde que la idea no le agrada y no lo culpo. Después de todo, la única razón por la que lo invito a entrar es por educación y porque en el fondo, sé que no lo aceptaría ni siquiera cuando estuviera solo.

   —Dejémoslo para después Jae —extiende una de sus grandes y masculinas manos hacia mi regazo y me acaricia la rodilla para después darme un apretón. Esboza una sonrisa ligera y así luce mucho más relajado que cuando fulmina a todos con la mirada. Para tener veintiséis años algunas veces aparenta más seriedad de la que debería—. Considero que por hoy ya hemos tenido suficiente.

   Arquea ambas cejas, haciendo énfasis en el suficiente con voz cálida y susurrante. Me muerdo el labio inferior con coquetería y dibujo círculos sobre su mano que permanece encima de mi pierna. Detallo sus atractivas facciones; la punta de su fina nariz y sus labios esculpidos, sus ojos pequeños y sus delgadas cejas negras. Es sexy, tiene un rostro perfecto y el hueso de su mandíbula es un blanco perfecto para besos.

   Mi gesto le da la confianza suficiente para inclinarse y demandar un beso. Mismo que le niego al colocar el índice derecho sobre su boca.

   —Todavía estoy enojado contigo —murmuro y le lanzo una mirada suspicaz.

   — ¿Por qué? Si el enojado era yo —contesta tozudo, su cara se descompone un poco y se lleva la mano libre al pecho con falsa indignación. O lo que espero sea falsa indignación. Ya hablamos sobre el tema y llegamos a un acuerdo. Nade de celos ni reclamos de por medio.

   Aun así aprovecho el momento para hacer gala de que como siempre, soy yo el que posee el control absoluto.

   —Estoy enojado porque tú te enojaste por algo estúpido —me encojo de hombros y deslizo los dedos por su antebrazo para aminorar el peso de mis palabras—. Voy a tardar un poco en volver a confiar en ti. Afronta las consecuencias.

Come my way「NoMin」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora