¿Cómo son los abuelos?

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Damián intentaba correr lo más rápido que podía hacia la estación de autobuses de Berlint, tenía mucho miedo de lo que lo estaba persiguiendo, pero intento por todas sus fuerzas lograr llegar donde Anya lo esperaba.

Su corazón estaba muy acelerado, su aspecto estaba demasiado desalineado y su pequeña maleta parecía que solo iba a de día de campo, todo era algo caótico, pero si ya había tomado la decisión de huir de ahí debía quemar los botes de soluciones lógicas.

¡ES AQUÍ! —grito un oficial de la SSS y Damián se escondió en un espacio oscuro entre dos negocios para no ver a esos oficiales

Tengo que salir de acá—susurro—Anya me dijo que el autobús era el último—saco un poco su cabeza y empezó a inspeccionar los camiones—es ese

El chico volvió a salir del escondite y camino sigilosamente hacia donde estaba el autobús marcado, sabía que al subir él ya había perdido su apellido y era seguro que sus padres lo repudiarían siempre pero no le importaba, solo quería ser un buen padre para su nueva familia.

¡Hey! —susurro algo fuerte la pelirrosada—es aquí

El chico sonrió y se fue hacia ella con cautela, ambos se sentaron y se tomaron la mano sabían que era un mundo nuevo al cual irían, pero no querían que los adultos irrumpieran sus vidas como siempre siguiendo las reglas recatadas de la sociedad, aunque a Anya le dolía dejar a su familia ella sabía que no podía dejar de amar a ese hombre a su lado ni al pequeño que estaban esperando.

¿Ya inspeccionaron acá? —Damián miro a su novia

Sí, siempre al último autobús lo inspeccionan antes—sonrió—en fin, si el plan que Becky hizo sale bien estaremos llegando mañana a ese país nuevo

Nos ira bien—la abrazo y oyó como el autobús se ponía en marcha

¿Te siguieron? —lo miro

Los perdí cuando iba a abordar—se asomó un poco por la ventana y noto como los guardias de la SSS seguían buscándolo—no creo que me encuentren

¿Hicimos lo correcto? —lo miro a los ojos con algo de melancolía

Oye—toco sus mejillas—yo no te iba a dejar sola con esto—sonrió—igual es mi responsabilidad, así tenga que renunciar a cosas yo me hare responsable de ti y de él

Seremos padres jóvenes—se avergonzó

No es como si mi madre no hubiera tenido a Demetrius a sus 16—alzo los hombros—no te avergüences, además ya en dos meses cumplimos los 18 y guarde dinero para cualquier gasto imprevisto

Eres el mejor—lo abrazo—pero ¿no tienes miedo?

Estoy aterrado—la tomo de las manos—pero sé que podremos hacerlo juntos

Gracias—se recostó en su hombro—entonces sigamos adelante

Durmiendo plácidamente en su hombro, sabía que era una nueva responsabilidad lo que estaba haciendo y el huir de su casa para evitar que los Desmond hicieran cosas horribles con su hijo con Anya era un reto, era algo aterrador para el chico sobreprotegido de los Desmond, pero no podía dejar a su amada novia con una responsabilidad tan fuerte como ese embarazo a sus 17, así que sin importar lo que pasara él iba a ser el mejor padre para el bebé y el mejor esposo para su linda Anya.

No importa lo que suceda siempre estaré con ustedes—apretó la mano de su novia—yo siempre buscare su mayor felicidad en esta vida

---------10 años más tarde----

La nieve bajaba lentamente y un pequeño niño de cabello verdoso miraba emocionado el cielo mientras giraba.

¡VA A SER UNA BLANCA NAVIDAD! —alzo sus brazos

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