Minutos antes
Sam se deslizaba por el canal de ventilación y luego seguir arrastrándose por todo el espacio pequeño hasta llegar a la zona dónde ponían las pruebas confidenciales de los criminales. El cambio de hora era perfecto para entrar a la organización sin que se den cuenta que eres un infiltrado.
Unos minutos antes, uno de los escoltas entró a la organización vestido del personal de limpieza y logró escabullirse por todo el edificio hasta llegar a la habitación donde pondría las bombas. Mientras el escolta seguía su camino hasta la habitación, Sam entró a la zona del canal.
Jack y Kendall se dirigieron hasta la zona de la residencia del castaño para ejecutar la otra parte del plan; mientras tanto, el castaño estaba en el automóvil, a su lado la pelirroja, y en la parte de adelante un escolta como piloto y Jhosua cómo copiloto.
— ¿Se tardará mucho? — preguntó la pelirroja.
— No, cariño — besó suavemente su frente — Él sabe lo que hace. En pocos minutos estará con nosotros.
Abby miraba por la ventana con un semblante de preocupación. Solo pasaron como veinte minutos desde que Sam se fue y aún no había ninguna noticia.
— No te preocupes, cariño.
— Es inevitable.
— Si ocurre algo, Sam nos llamará y yo mismo iré a su rescate. Aunque eso no pasará, porque Sam es demasiado inteligente como para que esos idiotas lo atrapen.
— Bueno. ¿Jack y Kendall ya vienen?
— Uhm, creo que sí-
— Bombas activadas en la intersección de la avenida. Oficiales muertos.
— Muy bien, Jack.
— Objetivo acabado.
— Diez minutos para que explote la bomba.
— Pueden venir...
Por otro lado, Sam estaba a punto de llegar a la zona de pruebas confidenciales. Tomó en cuenta el tiempo, la bomba iba a explotar alrededor de diez minutos, tiempo suficiente para encontrar todo lo necesario y salir por la salida de emergencia que estaba justo por ese piso.
Pudo haber entrado por allí, pero era muy arriesgado hacerlo porque a esa hora el personal de la organización lo usaba para llegar más rápido al estacionamiento, y justo era hora de salida de muchos de ellos.
— Falta nueve minutos — musitó mientras abría la tapa.
Bajó con mucho cuidado, sus pies tocaron la parte de arriba de una de las estanterías de madera. Las luces estaban apagadas, así que sacó rápidamente su linterna de su bolsillo. Aquello se le iba a complicar un poco por la falta de luz, pero cerró por unos segundos su ojos para concentrarse y recordar dónde podría estar la zona de los más buscados.
Sus ojos se abrieron al recordar y corrió hasta esa zona. En su trayecto, casi choca con una caja metálica y un cuadro de cristal. Si hacía caer ese cuadro, en segundos el guardia entraría a la habitación y todo se iría a la borda.
— Falta siete minutos.
Alumbró el lugar con su linterna, leyendo por cada cajón las especificaciones de cada cosa que guardaban y del nombre de los criminales.
— Seis minutos y no encuentro, carajos.
Trató de mantener la calma para encontrar lo que estaba buscando. En unos minutos la bomba explotaría y solo faltaba tres para que alguien viniera a supervisar la habitación.
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La debilidad de un mafioso (Segunda Trilogía)
Mistério / SuspenseQuién creería que aquella chica pelirroja llamada Abby se convertiría en su debilidad y su perdición Su vida criminal tuvo una razón. Su vida se volvió en un laberinto de peligros donde la mafia era un camino fácil para encontrarlo a la persona que...