La debilidad de un mafioso (Segunda Trilogía)

Capitulo 41

— Soy el hermano de Noah Rush...

Se levantó manteniendo su mirada en ella y se cruzó de brazos, Abby se quedó pasmada boquiabierta por lo que acabó de escuchar. ¿A caso escuchó bien? Ese chico que estaba parado al frente suyo había dicho que es el hermano de Noah, todo eso era una locura completa.

— T-tú...

— ¿Sabes? Creo que la única reacción estúpida que quiero ver en esta vida, es la de esa escoria. Hasta me dio asco decir que es mi "hermano".

Sus palabras salieron con tanto odio y asco, que Abby se sintió confundida, dejando de lado el miedo que se originó por todo su cuerpo.

— ¿Por qué le dices así?

— ¿Qué es una escoria, un idiota, o que me da asco pronunciar su nombre y decir que lleva mi sangre?

— Todas esas palabras llenas de ¿odio?

— Es una larga historia, creo que me cansaría de hablarte en realidad. Pero una cosas si te digo, odio a ese hijo de puta con toda mi alma y mi ser. Las razones son muy obvias, creo que ya te ha dicho lo qué pasó cuando apenas era un niño, pero lo que me hizo odiarlos fue porque se deshicieron de mí y nunca me buscaron.

— Eso es mentira,él-

— Lo que te haya dicho solo es un vil mentira, ya creo que te ha lavado el cerebro con sus mentiras y manipulaciones.

Ella negó.

— No, no, él te ha buscado durante todos estos años. Ha cons-

— ¡Eso es mentira, mierda! ¡Nunca me han buscado, me dejaron solo y abandonado en un mundo donde me hicieron tanto daño cuando apenas era un niño, joder!

— P-

— ¿Qué ocurre aquí? — una voz gruesa y profunda resonó en esas cuatro paredes. Aquel sujeto entró a la celda mirando primero a él y luego a la pelirroja, que al verla, cambió su semblante a uno más burlón — Oh cariño, ya te has levantado, dime ¿dormiste bien?

— ¿Q-quién es usted?

— Oh, me olvide de presentarme, que irrespetuoso soy. Me presento, soy Fredick Maurih, más conocido como La Mano Invisible — sonrió ladino y le encantó tanto ver la reacción de la pelirroja.

Abby palideció en ese instante, como si le hubieran dado la peor noticia de su vida. El miedo se le fue aumentando mucho al reconocer perfectamente ese nombre, porque era la misma persona que Noah ha estado buscando por tanto tiempo. Sin embargo, hubo algo más que la dejó helada, su voz parecía idéntica a la persona que la visitaba de vez en cuando en su celda antigua, mucho antes de que la llevaran hacia ese mafioso.

— Hay muchas cosas que podría aumentar más tu miedo, cariño, pero tampoco no se cómo empezar — sonrió ladino — Mejor empecemos con que regresaste a mis garras. Creo que ya reconociste mi voz ¿verdad? — le daba tanta gracia su semblante — No es necesario tu respuesta, pero para que entiendas mejor, soy la persona que te quitó tu libertad y tu vida.

— Mejor me voy — dijo el azabache.

— Espera un momento, Milo, solo deja terminar — le dijo y miró nuevamente a la pelirroja — Es mejor que te comportes, no querrás que tu querido amado se entere que corte tu cabeza antes de tiempo, o mejor, que ya has sido enviada a los burdeles más grotesco de los países extranjeros. Después vendré... vámonos, Milo.

El mafioso salió primero de la celda, Milo miraba a la pelirroja mientras salía. Abby tenía la mirada perdida, con sus manos heladas y su cuerpo temblando, sin ni siquiera mirar a las dos personas que salieron de la celda.