Últimos capítulos
— Pensé que todos se habían dormido, joder... No pudimos hacer casi nada en toda la madrugada.
— Por lo menos obtuvimos el mapa de la mansión, no creo que eso haya sido nada, Jefe.
— Aún no entiendes — frotaba sus sienes — Quería saber si ella está bien y hasta ver a mi hermano. Necesito respuestas a mis preguntas, con lo qué pasó ayer, me dejaron con muchas dudas. Además, necesito saber dónde la tienen. Y si es en el sótano debemos saber cómo llegar hasta ese lugar.
— Tenemos el mapa, Jefe, pero deberíamos actuar con cautela para que podamos entrar al sótano. A menos de que haya algún pasadizo por encima de nosotros, aunque notando desde hace rato, no hay ninguno.
El castaño le quitó el mapa a Jhosua y empezó a observar. El sótano quedaba al otro lado de la mansión, justamente por la dirección en la que se encontraban ayer. Bufó al darse cuenta que estaba tan cerca de la zona donde tenía a su amada.
— Ayer estábamos muy cerca del pasadizo que lleva al sótano.
— Tiene razón... P-
— Todos los escoltas deberán estar en la zona de reunión en cinco minutos.
— Mierda, ¿por qué justo ahora?
— Es nuestra oportunidad — susurró el castaño — Esperemos que pase esos cinco minutos para que vayamos al sótano.
— ¿Y la llave? No creo que esa puerta esté abierta justamente para nosotros, Jefe.
El castaño carcajeó ante lo dicho por Jhosua y él tan solo lo vio confundido, ¿acaso había dicho algo chistoso? Aunque era la primera vez que veía a su Jefe reírse de esa manera, eso quería decir que no era nada malo.
— Ay Jhosua, es obvio que esa puerta va a estar cerrada — negó con gracia — Por eso tenemos armas secretas que podemos utilizar para abrir esa puerta.
— Entiendo.
Los dos esperaron los cinco minutos y cuando ya no escuchaba pasos cercanos empezaron a salir de la habitación. El castaño visualizó nuevamente el mapa y le dio la orden a Jhosua que lo siguiera, no sin antes de prender el auricular.
— Al fin se comunican con nosotros — suspiró — No pueden dejarnos de esa manera, también queremos saber de sus próximos movimientos.
— Lo siento, señorita Kendall, pero tuvimos algunos contratiempos. En estos momentos estamos por encontrar a la señorita Abby.
— Es una buena noticia, Jhosua. Me puedes pasar a Noah, por favor.
Jhosua se sacó el auricular y se lo dio al castaño.
— Kendall...
— Te quiero comentar que no encontraron a Karol por ningún lado. Sin embargo, hay movilidad de policía por esa zona, ya que encontraron a un joven que fue atropellado. Por un momento pensaron que se trataría de un simple atropellamiento, pero notaron un disparo en su cabeza, es por esa razón que están investigando en la zona en caso de encontrar testigos o algo más por ese asesinato.
— Carajos... No creo que se tomen el atrevimiento de ir hacia mi territorio.
— Los escoltas están escondiendo toda la mercadería en caso de que lleguen a nuestro territorio. Además, no creo que hagan nada, porque parece una simple mansión de millonarios.
— Mis escoltas harán un buen trabajo, confío en ellos. Hasta donde veo, no encontraron a esa traidora.
— No la pudieron encontrar, aunque todo parece indicar que la muerte de ese chico fue ocasionada por ella. Es la única respuesta que puedo dar a lo ocurrido.
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La debilidad de un mafioso (Segunda Trilogía)
Mistério / SuspenseQuién creería que aquella chica pelirroja llamada Abby se convertiría en su debilidad y su perdición Su vida criminal tuvo una razón. Su vida se volvió en un laberinto de peligros donde la mafia era un camino fácil para encontrarlo a la persona que...