La debilidad de un mafioso (Segunda Trilogía)

Capitulo 30

Cuatro días después

Habían pasado cuatro días desde que Noah le contó sobre su vida a la pelirroja. Ese mismo día, Sam le manifestó que no era buena opción atacar esa misma noche porque había mucho movimiento en la ciudad, comenzando de que habían algunos helicópteros, policías y reporteros estaban por toda la ciudad por la nueva rueda de prensa que hizo el Comandante ese día, así que debían esperar una semana por lo mínimo, ya que no era buena opción atacar porque llamarían mucho la atención y se podría dañar todo el plan. Por el momento, debían hacer algo para que no pudiera circular su verdadero rostro, por lo que el pelirrubio tuvo que enviar a dos escoltas para que se infiltren en el edificio de la organización y dañaran cualquier aparato para la reconstrucción de rostros.

El castaño no tuvo más opción que aceptar lo dicho por el pelirrubio, quedándose un poco tranquilo que Sam mandara a dos escoltas para que dañen cualquier aparato que sirviera en el proceso de su reconstrucción facial.

En ese pequeño descanso, el castaño se la pasó con Abby. Ella hizo todo lo posible para hacer feliz al castaño, cantándole en las noches y en los tiempo libres, yendo al jardín o a la terraza de la mansión para disfrutar la mañana o el atardecer, hasta en algunas ocasiones la noche.

En algunas ocasiones, la pelirroja le contaba algunas cosas de su vida personal. Le había comentado las veces que su mamá le había regañado por llegar a la residencia con una suciedad tremenda en todo su uniforme, era una excusa demasiado infantil y común de que una niña se divierta de esa manera, pero ella sobrepasaba todo eso, provocando en sí que el castaño se riera muy fuerte por las ocurrencias de Abby; le comentó las veces que su mamá le contaba muchos cuentos por la noche para que pudiera dormir y lo seguía haciendo cuando estaba en la etapa de la adolescencia, aunque esa parte le daba un poco de vergüenza y esperaba una carcajada por parte del castaño, pero no fue así, más bien le dió mucha ternura; le comentó las veces que iba con su madre a conocer muchos lugares del país cuando las vacaciones escolares llegaban, era la temporada que más le encantaba; le comentó su comida favorita, sus colores favoritos, las cosas que le encantaban, los países que algún día le gustaría conocer, sus pasatiempos y hobbies; también le comento las veces que su madre y ella les gustaba admirar el amanecer; y entre muchas cosas más que lo decía con tanta felicidad que hasta el castaño pudo ver aquel brillo en sus ojos cada vez que contaba algo sobre ella.

Conocerla un poco más le había encantado, aunquesea ella tuvo una etapa muy bonita junto con su madre, eso le llenaba de felicidad. Aunque, se le hizo un poco extraño que solo hablara parte de su niñez y la etapa de la adolescencia, y no de su infancia y de su padre o de su familia. Le preguntó por curiosidad, pero ella solo se encogió de hombros y le dijo que no tenía recuerdos de su infancia, que un día había intentado hablar con su madre para saber algo de su padre, de sus tíos o abuelos, pero justamente tuvo un accidente con el agua hervida, provocando heridas de segundo grado. Desde ese día no volvió a preguntar más, ya que se había olvidado de ese tema hasta ahora que el castaño le recordaba.

Fue un poco extraña la situación, pero esa pregunta se le vino a la mente porque ella no lo hablaba y más porque tuvo un pequeño recuerdo. Aún tenía esos déjà vu cuando tenía cerca a la pelirroja y en ocasiones pequeños recuerdos borrosos venían a su mente de la manera que menos se lo espera. Eso logra que se ponga a pensar en muchas cosas, porque solo ocurre cuando la tiene cerca y eso le ocasiona un pequeño dolor de cabeza. Por eso, no le dio tantas vueltas al asunto y solo seguía escuchando a la pelirroja, porque era más interesante escuchar sus divertidas y bonitas anécdotas.

Quería dejar de pensar mucho y concentrarse en su presente, pero era muy difícil y tendría que encontrar respuestas cuánto antes, pero la pregunta era ¿dónde?