Capitulo 31

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— Ese mafioso tiene a Abby Will.

El Comandante miraba los resultados de aquella hoja, dónde había muchos rastros de ADN de la pelirroja en la parte trasera de ese automóvil. Tenía mucha fe de que algo bueno iban a encontrar en ese automóvil y fue un grave error dejar evidencia en una escena como la que se presentó aquella noche.

— No solo eso, también hubo rastros de sangre de otra persona Su nombre es Melina Carl y actualmente tiene 23 años. Esta chica desapareció hace tres años en un centro comercial de Boston y no teníamos indicios o alguna prueba que nos lleve a los responsables. Pero ahora sabemos algo de ella y las personas que la tienen — abrió el otro expediente — En el maletero del automóvil se encontró el cuerpo mutilado de un hombre. Su nombre era Jorge Behc, tenía 50 años de edad y era un político y empresario muy reconocido en el país, pero ahora se sabe de dónde proviene tanto éxito y riquezas. Lamentablemente no se pudo reconocer las huellas de su atacante. Se ve que hubo una persona más en el automóvil, pero tampoco se pudo reconocer.

— Tiene a dos chicas inocentes — siseó.

— Tenemos que trabajar juntos, Comandante Greco. Estas dos chicas son casos que están en mis manos y no voy a descansar hasta que ellas vuelvan con sus familiares. Cómo te dije, no tenía nada en mis manos para comenzar porque toda evidencia fueron borradas y los esfuerzos por encontrarlas se iban desgastando. Pero ahora, tenemos las pruebas suficientes para comenzar con la alerta y que tú puedas agarrar a esos criminales.

— Es un honor trabajar con usted, Comandante Mac.

— Igual — el Comandante guardó dos carpetas que tenían en sus manos — Debo informar a los familiares sobre esto. Me retiro.

— Le avisaremos cualquier cosa.

— Por supuesto.

El Comandante Mac salió de la oficina. Greco miró a los Agentes y frunció el ceño al ver a Ben un poco pensativo y con la mirada perdida.

— Agente Ben, ¿se encuentra bien?

Ben no respondió, por lo que Louise tuvo que llamar la atención del Agente.

— ¿Qué pasa?

— Es lo mismo que pregunto, ¿qué te pasa?

— Ah, nada.

— ¿Nada? Tu cara no dice lo mismo.

Ben miró a Louise y luego al Comandante. No sabía cómo decirle lo que vio aquella noche, y es que tampoco quería decir algo que no estaba muy seguro, ya que no podría decir que tal vez su hermano pertenecía a la mafia sin tener pruebas sensatas de eso. La situación era grave y es por eso que no se atrevía a decir nada.

— Si te sientes mal, es mejor que vayas a la enfermería. Te necesito con una buena salud mental y físico, porque la situación se puso más interesante y riesgosa. Esto va para ti también, Louise.

— Si, Comandante.

— Los informes llegarán en unos minutos al igual que las carpetas. Por el momento estamos tranquilos porque ese criminal no hizo acto de presencia después de la rueda de prensa, pero eso no significa que debemos bajar la guardia. En las próximas horas tenemos una reunión con el alcalde. Con todo eso, pueden retirarse.

Los Agentes asintieron para luego salir de la oficina del Comandante. Cuando estuvieron lejos de los oídos del Comandante, Louise interrumpió su caminar.

— Por lo menos debes disimular, Ben.

— Es inevitable y lo sabes bien. Ni siquiera puedo asimilar lo que ví aquella noche.

La debilidad de un mafioso (Segunda Trilogía) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora