La debilidad de un mafioso (Segunda Trilogía)

Capítulo 48

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— El Jefe le gustará mucho tener que torturar a unos infiltrados...

Se escuchó el sonido de arma ser abierta solo para disparar.

— Dense la vuelta y no hagan nada estúpido...

— Rojo — susurró el castaño.

Ante ello, Kendall entendió la palabra clave para empezar con el plan, porque siempre utilizaban esa palabra en caso de peligros e inmediata intervención de sus escoltas en el lugar.

—  ¡Carajos, Jack da la orden!

— Sus manos arriba...

Los dos acataron la orden mientras se daban vuelta para ver a tres escoltas apuntándoles con sus armas.

— Bajen sus mascarillas — no tuvieron más opción que hacerlo — Pero que tenemos aquí, al querido bastardo del Jefe y vino con su escolta...

¿Bastardo del Jefe?

El castaño se quedó confundido, pero pensó que sería por la enemistad de sus dos territorios y por unos motivos que se encuentran en ese territorio.

— Al parecer no es nada inteligente para esto, Noah Rush...

— Es mejor que no menciones mi nombre con esa sucia boca que tienes- siseó.

— No lo creo, después de todo está dentro del territorio de nuestro Jefe... Punto menos ¿no lo cree?

— Dame el auricular...

El castaño no tuvo más opción que darle el auricular. Jhosua no articulaba ninguna palabra, más bien estaba concentrado en analizar a todo de esos escoltas. Ellos dieron la señal a que siguieran sin hacer ninguna acción que pudiera ser origen a un balazo en su cabeza; uno de ellos informaba lo sucedido, pero ninguno de los dos se sentía intimidados por eso, más bien contaban el tiempo en su cabeza. Al llegar a un pasillo desolado, sabían que los estaban llevando hasta el sótano y nuevamente el escolta volvió a informar algo por el auricular, justo momento que empezaba su parte.

— Necesito hacer esto...

El castaño fue el primero en bajar para que en un simple golpe en su estómago y luego en su mandíbula, el escolta se retorciera de dolor y momento para agarrar el arma y dispararle a ese escolta y luego al escolta que se comunicaba todo, mismo instante que escuchó un disparo a su lado.

— Debemos sacar a Abby de aquí...

Siguieron su camino muy apresurados, el tiempo corría y era cuestión de tiempo que todo el territorio se volviera una catástrofe de guerra. Jhosua disparó a los dos escoltas que estaban en la puerta del sótano y buscó entre sus ropas la llave, encontrándola para darle a su Jefe. Le dio una señal de que vigilara hasta que saga y él solo asintió. El castaño entró al sótano y empezó a disparar las cámaras, ocasionando que la pelirroja se despertara asustada por aquel ruido.

— Mi amor, es hora de irnos...

Un poco confundida asintió, viendo como el castaño entraba y se acercó a ella para darle un pequeño beso en sus labios y en su frente.

— Iba actuar cautelosamente, pero ellos lo hicieron difícil — musitó, sacando la cerradura —  Vámonos, amor...

Se levantó con ayuda del castaño y agarró su mano para empezar a salir de ese lugar.

— Jhosua...

— Hola señorita Abby... Un gusto verla de nuevo. Tenga esta arma, en caso de que pueda necesitarla.