Media hora antes
El pelirrubio intentaba acostumbrarse a la molestosa luz, achicando sus ojos e intentar levantarse, pero se quejó por el inmenso dolor en su nuca. Trató de visualizar todo el interior y se dió cuenta que estaba en un hospital, con una intravenosa en su brazo, con golpes en su brazos y de seguro en todo su cuerpo, contando con el golpe en su nuca que hizo que cayera inconsciente.
Sentía que algo le faltaba y al recordar todo lo ocurrido, sus ojos se abrieron como si le hubieran dado la peor noticia de su vida.
— Abby...
A su mente llegaron los recuerdos de lo qué pasó segundos antes de que esos hombres comenzaran a darle una paliza hasta dejarlo inconsciente. Aún recuerda los gritos de la pelirroja pidiendo que la ayudara, pero el golpe en su nuca lo dejó inmóvil y sin esperanza de hacer algo para que no se la llevara.
Flashback
— Carajos...
El pelirrubio mantenía a la pelirroja detrás suyo al momento que algunos sujetos bajaban de la camioneta.
— Vámonos, Sam...
Sam asintió y agarró su mano para intentar escapar por el otro lado, pero solo dieron dos pasos y otra camioneta frenó a raya y de ahí bajaron otros sujetos más. Estaban acorralados y no tenían escapatoria, Sam no podía con todos ellos y podía entender que Abby no tenía la suficiente valentía para enfrentarse a tantos hombres cuando su miedo le carcome lentamente.
— No podemos escapar — musitó Sam.
— Yo te ayudaré — musitó — Voy a dejar mi miedo de lado para ayudarte.
— ¿Y si te pasa algo? Noah no me lo perdonaría ni yo tampoco.
— Estamos juntos en estos, Sam. Entiende que ellos están por mí y nos encontraron por ese rastreador. No hay otro opción.
Abby se alejó un poco de Sam.
— ¡No, Abby!
Dos tipos venían a dirección del pelirrubio y no tuvo tiempo de detener a la pelirroja, que ya se estaba acercando a los demás sujetos que venía a su dirección. Los dos comenzaron una batalla peligrosa donde los dos tenían que ganar como de lugar, pero a veces el pelirrubio tenía que asegurarse de que Abby no estuviera en problemas, pero podía notar la gran habilidad que tenía ella en estos casos.
Los minutos pasaron y la batalla seguía, pero hubo un momento donde uno de los hombres sacó su arma y apuntó al pelirrubio. De reojo, Abby pudo verlo, así que corrió a su dirección con las últimas fuerzas que le quedaba.
— ¡Sam, cuidado!
Su grito ocasionó que el pelirrubio viera hacia atrás, quedándose pasmado al ver como jalaba el gatillo y después un disparo. Sin embargo, la bala no llegó a su cuerpo, debido a que la pelirroja se abalanzó hacia el sujeto y los dos cayeron al suelo, yendo la bala a uno de sus compañeros.
Aquella acción provocó que los dos se desconcentrara, dejando que los demás tuvieran la oportunidad perfecta para su cometido. Sam se dio cuenta de ella.
— ¡Abby!
Iba a su dirección al ver a dos hombres que corrían hacia la pelirroja, pero un golpe en su espalda lo dejó inmovilizado y luego otro en sus piernas, provocando que cayera al suelo. El grito desgarrador de la pelirroja pudo escucharlo distorsionado mientras sentía como su cuerpo recibía algunos golpes.
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La debilidad de un mafioso (Segunda Trilogía)
Mystery / ThrillerQuién creería que aquella chica pelirroja llamada Abby se convertiría en su debilidad y su perdición Su vida criminal tuvo una razón. Su vida se volvió en un laberinto de peligros donde la mafia era un camino fácil para encontrarlo a la persona que...